Por: Ricardo Saenz
Mucho se ha escrito y escuchado ya sobre la muerte del fiscal Alberto Nisman y las implicancias de todo tipo que ese luctuoso hecho ha desatado.
La muerte política violenta ha vuelto a la Argentina; de allí la conmoción que se ha generado y la enorme adhesión que la Marcha del Silencio cosecha día a día.
Nosotros los fiscales la hemos convocado para rendirle a Nisman el homenaje que el Estado argentino no le tributó. No hubo días de duelo ni bandera a media asta, ninguno de esos simbolismos con que los gobiernos expresan la importancia que le asignan a una muerte que toma estado público. Nosotros mostraremos la importancia que le asignamos a la primera muerte de un fiscal de manera violenta en esta época democrática.
Definitivamente la muerte de Alberto Nisman será un punto de inflexión de esta etapa de la historia argentina.
Nada importa que nos digan que hacemos una marcha política opositora. Todos sabemos que no es así, no es necesario seguir aclarándolo.
El próximo miércoles 18 esperamos que gran parte de la sociedad en todos los rincones del país acompañen nuestra Marcha en silencio, por lo menos ese par de horas que nos llevará caminar hasta Plaza de Mayo. Antes y después, como siempre, cada uno podrá decir o gritar lo que quiera, asumiendo la libertad que nos brinda la vida republicana y democrática.
Marcharemos en silencio, quien quiera oír que oiga.