Mercosur, fuera del mapa

El impacto de la devaluación en China pone en evidencia, entre otras consecuencias, un cuadro comercial de creciente exigencia global. La caída de los precios de los commodities y de las exportaciones de algunos países emergentes se presenta como un problema. América Latina es, por el momento, una de las regiones más afectadas. Este panorama se puede agravar con la reciente firma del Acuerdo de Libre Comercio entre China y Australia, siguiendo lo ya acordado por Nueva Zelandia en el 2008, en el que compiten básicamente los mismos productos del Mercosur. Cuando entre en vigencia el Tratado de Libre Comercio (TLC) entre Beijing y Camberra, más del 85 % de las exportaciones de bienes australianos estarán libres de aranceles y crecerá al 95 % tras un período de transición. El acuerdo permitirá mejorar de manera sustantiva la competitividad australiana de agroexportaciones destinadas al mercado chino.

Esta situación, entre otras, coloca al Mercosur en una posición de vulnerabilidad. También deja al descubierto la falta de dinámica diplomática del organismo subregional. La duda es si los países del Mercosur podrán mantener el nivel de las exportaciones agroindustriales al mercado chino de la última década. Ya en el 2014, sin que mediara la devaluación y el TLC con Australia, las importaciones chinas de productos agroindustriales argentinos, por ejemplo, se contrajeron un 9,3 % por las menores compras de porotos y aceite de soja. El déficit de la balanza comercial fue de 5,8 mil millones de dólares. Continuar leyendo

El drama humanitario en Siria

Siria se ha sumergido en un espiral de crueldad y violencia con graves consecuencias humanitarias. Ante ese panorama desolador, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ha adoptado por unanimidad una resolución destinada a impulsar asistencia humanitaria y detener los excesos condenables contra la población civil de los tres años de combates militares continuos e indiscriminados. Era hora que lo hiciera. El texto de la resolución 2139 (2014) insta a todas las partes, en particular al gobierno de Damasco, a permitir a las agencias humanitarias de la ONU acceso y transporte de ayuda humanitaria con rapidez, seguridad y sin obstáculos a cualquier zona conflictiva. Asimismo, llama a levantar los asedios en áreas pobladas y a detener toda hostilidad contra los civiles.

Resulta desilusionante y preocupante que una resolución de esta naturaleza fuera necesaria cuando lo que reclama la disposición es lo que ya prescribe expresamente el derecho internacional humanitario y en particular los Protocolos de Ginebra. Sin embargo, fue el grado dramático de violación de la normativa internacional lo que exigió al Consejo de Seguridad adoptar una reafirmación de conductas humanitarias elementales de todo conflicto armado.

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