El deshielo entre Estados Unidos y Cuba, que se asomaba en el horizonte, finalmente tuvo lugar. Que la Guerra Fría haya concluido en el Caribe es un acontecimiento promisorio para América Latina. La medida, salvando las distancias, es comparable en el ámbito hemisférico a la decisión del Presidente Carter de devolver a su legítimo dueño el Canal de Panamá. La normalización de la relación con Cuba, por el alcance político, es más contundente y constituye una señal sustantiva que podría repercutir favorablemente en un cambio de clima de mejores perspectivas entre Washington y Latinoamérica. El hecho más inmediato sería el fortalecimiento de las Cumbres de las Américas y el regreso pleno de Cuba a la Organización de Estados Americanos. Continuar leyendo