El terrorismo internacional no descansa ni reconoce fronteras: ¿está preparada la Argentina?

La barbarie criminal ocurrida en París pone en evidencia que el terrorismo internacional no descansa ni reconoce fronteras. De la violencia abominable del integrismo islámico en Siria e Irak al horror del asesinato masivo de estudiantes en Pakistán, a rehenes en Sídney o en Nigeria, se suma este nuevo acto sangriento que expone al mundo ante la amenaza de una lucha irracional con riesgos de extenderse, como una epidemia, peligrosamente por otras latitudes ¿Está la Argentina preparada para evitar nuevas eventuales consecuencias tras los terribles atentados terroristas de la Embajada de Israel y la AMIA?

Desde hace tiempo me hago esa pregunta al observar que un número creciente de latinoamericanos participan de las acciones de grupos fundamentalistas en Medio Oriente. Oportunamente lo destaqué en una nota en este medio titulada “Yihadistas latinoamericanos”. Nunca supe si el gobierno ha tomado nota que un número de argentinos se encontrarían combatiendo en algunos de los grupos fundamentalistas más relevantes en Siria y quizás en Irak. Noticias provenientes de Europa han mencionado que en el 2012 murieron aproximadamente 24 de entre unos 200. En el 2013 un argentino y una chilena fueron abatidos en las puertas de Damasco por pertenecer a un grupo islámico checheno. Se los llamaría “yihadistas exóticos” por el origen geográfico. Continuar leyendo

La lucha contra las nuevas amenazas

La lucha contra las llamadas nuevas amenazas a la seguridad tales como el narcotráfico, el crimen organizado y el terrorismo se debe convertir en un objetivo transaccional de absoluta prioridad y exige una estrategia y una intensa cooperación internacional. La Argentina enfrenta o ha enfrentado las tres dimensiones. Sin embargo, no se nota una comprometida política exterior destinada a establecer marcos cooperativos efectivos para luchar con decisión contra esos flagelos.

Es necesario pasar con urgencia de los enunciados diplomáticos a la acción. Los mecanismos regionales y subregionales de América del Sur deberían encarar la cuestión con otra determinación y acordar, cuanto menos, una estrategia más efectiva de acción común. Los ámbitos bilaterales, sea con Brasil, Paraguay y Bolivia –las fronteras más comprometidas- deberían abordar la problemática con otro énfasis y determinación. La Triple Frontera, una muestra de supuesta cooperación tripartita, nunca ha salido del intercambio de datos o del diagnóstico. Continuar leyendo