Finalmente sucedió lo que se preveía. El juez de Nueva York Thomas Griesa declaró al país en desacato por no acatar y cumplir con lo decidido en su sentencia. Nadie se puede mostrar sorpendido con esta decisión. En algún punto, hasta uno pudiera considerar que era el desenlace final buscado por el gobierno. Funcionarios -hoy ex funcionarios- de Economía como Francisco Eggers, ex director de Crédito Público de Mecon, había declarado por escrito ante Griesa que la Argentina no iba a evadir la sentencia. De igual suerte, Fabián Dall’O, ex jefe de Gabinete del Ministerio de Economía -gestión Lorenzino-, también presentó un escrito ante la Corte de Apelaciones del Segundo Distrito de Nueva York en el que se comprometió “personalmente”, bajo pena de perjurio, a garantizar que la Argentina cumpliría con lo que dictamine la Justicia de los Estados Unidos en la causa promovida por NML Capital.
Como se puede apreciar, este gobierno no solo eligió libremente la jurisdicción de los tribunales de Nueva York, sino que también se sometió después a ellos voluntariamente. En ningún momento el gobierno advirtió que de recibir una sentencia que hiciera lugar al reclamo de los demandantes no la podría cumplir; más bien todo lo contrario. En dos oportunidades diferentes y en dos estadios procesales distintos, en primera y en segunda instancia, dos funcionarios del gobierno “ratificaron” que fuese cual fuese el resultado del proceso, la Argentina iba a cumplir con el fallo. Continuar leyendo