Ha llegado el momento de dejar de lado toda mezquindad política, y ser patriotas de verdad. No existe diferencia en este estadio entre ser dirigente oficialista u opositor; lo que no se puede ni se debe ser, es “indiferente“. Hay momentos en que el país llama, en que la República reclama, y no se puede no estar a la altura de los acontecimientos. Desgraciadamente, advierto con dolor que muchos dirigentes declaman para un lado o para otro, -discursos de oportunidad-, pero siempre pensando primero en ellos y sus intereses mas inmediatos, y dejando para un segundo plano el verdadero interés de la República Argentina.