El tema de los holdouts parece un caso digno de “Olivia Pope”, la protagonista de la serie Scandal, que resuelve todo aquello que el gobierno norteamericano no puede resolver por si mismo. El mercado pareciera dar, de repente, señales de que el tema estuviera resuelto, según lo que sucede con el precio de los bonos argentinos. Resulta como si todos pensaran que es insensato que el gobierno argentino desaproveche la oportunidad concedida por el juez Griesa, de obligar a los holdouts a sentarse en una mesa a negociar. En rigor, tras la decisión de la Corte Suprema de Justicia de los EEUU de no abocarse al tema, el Juez de Nueva York podría sencillamente haber dado curso a la ejecución de sentencia. Sin embargo, optó por designar un negociador, generando una nueva etapa de conversaciones entre acreedores y deudor.