Narcomenudeo: una tendencia en aumento

El negocio del narcomenudeo se focaliza esencialmente en dos variables: el exceso de demanda y la facilidad de acceso fundamentada en una logística dinámica y efectiva que se monta en el clásico modelo de negocios empresarial just in time, toda la cadena opera para satisfacer la demanda inmediata. Este concepto puede explicarse desde los resultados que surgen del último informe del Observatorio Latinoamericano de Políticas de Drogas y Opinión Publica (Opdop), que nuestro país encabeza con los niveles más altos sobre percepción de mayor disponibilidad de drogas. En este sentido, el 92 % de nuestros compatriotas encuestados consideró que el narcotráfico ha aumentado en nuestra frontera (superamos en un 25 % al promedio de la región), mientras que, en relación con la accesibilidad, un 90 % manifiesta que se ha vuelto más fácil conseguir marihuana y el 87 % percibe un aumento en la disponibilidad de la cocaína.

Este nuevo modelo impacta en forma contundente en el segmento objetivo, los jóvenes. Prueba contundente de esto se refleja en las siguientes variables de análisis: 7 de cada 10 adolescentes de Capital Federal y el conurbano bonaerense consideran que es fácil conseguir drogas para consumo personal, mientras que en promedio un 50 % de estudiantes secundarios en la provincia de Buenos Aires asume consumir algún tipo de droga (marihuana, paco, cocaína o éxtasis) en forma ocasional, desciende la cifra a la mitad cuando el uso es experimental, y las edades de inicio de consumo pueden bajar hasta los 12 años. Continuar leyendo

Una deuda pendiente

Es la droga con mayor índice de consumo ocasional en jóvenes; supera incluso a la cocaína, el paco o la marihuana. En este sentido, en los últimos años, en promedio, cinco de cada diez jóvenes estudiantes consultados en la provincia de Buenos Aires asumen consumirla. Teniendo en cuenta además que cerca del 40 % de los usuarios actuales de éxtasis ha tomado dos o más pastillas en un mismo día, se advierte la facilidad de acceso para aquellos que quieren experimentar con esta sustancia. Continuar leyendo

El crecimiento de los “narco-hoteles”

Si bien la actividad comercial es dinámica per se, desde la óptica del control comunal basado en un modelo de cercanía, dinámico y de adaptación continua, se infiere, en los últimos años, una tendencia creciente a la transformación y complejizacion de la misma, en donde ciertos rubros comerciales fueron mutando su uso hasta transformarse en observadores silenciosos, incluso socios, de diferentes actividades criminales en donde la droga parece ser un actor relevante.

Las zonas de relevancia y criticidad ligadas a establecimientos llamados en la jerga “narco-hoteles, utilizados como pantalla para el desarrollo de delitos que se vinculan a la venta de drogas, se da en los “anillos” de los principales lugares de trasbordo de pasajeros suburbanos y de larga distancia. Esto se explica en función de que la distribución de un producto siempre se localiza en base a la accesibilidad de la logística de la misma.

En este marco conceptual comienza a tomar relevancia el sistema de “mercado de drogas al menudeo” focalizado en el micro tráfico y comercialización de estupefacientes, en donde una habitación de hotel se convierte en una especie de laboratorio donde se procesa, estira y fracciona la droga, generalmente cocaína, hasta convertirla en pequeñas dosis (“lágrimas”) lista para su venta. No faltan en estas habitaciones–laboratorios, balanza, colador, licuadora y diferentes elementos de “corte”. En esta nueva micro empresa delictual, estos hoteles operan fundamentalmente como logística (elaboración y depósito) en la cadena del narcotráfico, utilizando para este narcomenudeo a dealers zonales. 

Una de las hipótesis del crecimiento de este modelo de producción y venta a menor escala puede explicarse a partir del análisis de las cifras oficiales relacionadas a los niveles y frecuencia de consumo de estupefacientes, el cual muestra un sostenido y notorio aumento en todas las drogas duras en donde la cocaína creció un 300% y la pasta base un 120%. Asociado a esto, surge un indicador inquietante referido a la “intensidad del uso” de las drogas, que presenta un nivel de consumo frecuente (diario o semanal) muy alto, y que no exhibe diferencias significativas con los consumidores experimentales (una sola vez), lo que indica que existe un fácil acceso a las drogas permitiendo que, sin problemas, se crucen las barreras del consumo frecuente para que nuevos usuarios puedan conseguirlas. En síntesis, más adictos y mayor adicción, lo que requiere de una logística de fácil implementación, dinámica en su producción y de proximidad para una eficaz distribución.