Los mártires de la droga

Las organizaciones del narcotráfico analizan el volumen y las características del mercado donde instalarse a partir de las condiciones y las restricciones que presenta un Estado para entonces definir la potencialidad del negocio. En este sentido deviene fundamental indagar en las medidas de prevención y los estándares socioeconómicos como las pautas institucionales que debería desarrollar nuestro país a fin de evitar la instalación y la expansión de la economía del narco.

En esta inteligencia es que factores tales como: niveles de pobreza e indigencia, de educación, de desocupación o subocupación en determinados sectores —especialmente los relativos a la juventud, considerado por estas redes como el segmento más redituable, debido a su bajo costo de inversión y exponencial rentabilidad—, sumados a la desesperanza ante un sistema que consideran ajeno y expulsivo, precipitan la participación en la cadena del narcotráfico. En la jerga se los denomina “soldaditos de la droga”, yo los defino como “mártires de la droga”.

Es así que las organizaciones narco han fabricado e instalado en estos segmentos un estereotipo del narcotraficante, una especie de imagen exitosa que puede resumirse en: fortaleza, riqueza, prestigio. De allí resulta un modelo de imitación esencialmente para los “jóvenes objetivo”, quienes vislumbran en esta actividad delictual una vía de escape inmediata, rentable y de prestigio. Sin embargo, son estos mismos factores los que les tienden la soga al cuello para ahogarlos en un mar de adicciones y adentrarlos en una espiral ascendente de violencia e actividades delictivas (estas acciones pueden comprender desde la venta o la producción de droga hasta el sicariato) de las que difícilmente podrán salir inmunes. ¿Cuál es el modelo que utilizan estas redes? Simple: vendés, comprás, consumís, te hacés adicto, delinquís, te condenás. Continuar leyendo

Hacia un modelo de prevención comunal

El modelo de Estado municipal inteligente y de cercanía implica la necesidad de conocer y estar vinculado con el administrado con el propósito de entender su desarrollo comercial; con los vecinos para atender y dar respuesta a sus reclamos y la evolución del conjunto a fin de realizar políticas de gestión estratégicas que permitan aplicar medidas preventivas y de protección de los ciudadanos ante la detección de situaciones de riesgo que puedan afectar la seguridad de las personas y de sus bienes.

Por ello deviene imprescindible desarrollar y ejecutar un sistema de análisis de criticidad de las problemáticas ciudadanas, que permita identificar los conflictos y segmentar los mismos a fin de focalizar los controles dentro de un marco de priorización de riesgo el cual dará previsibilidad permitiendo un mejor abordaje de la problemática.

Este sistema, que se alimenta de las denuncias ciudadanas, de información administrativa de la actividad económica como ser la habilitación del local, sus antecedentes inspectivos y de sanciones, entre otras, permite detectar las zonas sensibles o calientes como asi también las actividades comerciales criticas y/o ilegales (matriz de riesgo), y que en ocasiones actúan como pantalla para la ejecución de diferentes delitos como la explotación laboral o sexual, el trabajo infantil, la pedofilia, la corrupción de menores o la trata de personas.

Esta matriz está dada en función de la concentración de las actividades comerciales críticas en un barrio determinado, ya sea por su dimensión, cantidad, afluencia de público, tipo de rubro o materiales sensibles que allí se manipulan, permitiendo un abordaje estratégico, donde el control preventivo se desarrolle a través de una coordinación multidisciplinaria, esto es, con distintos actores del control gubernamental, tanto municipal como nacional, a fin de dar respuesta a los nuevos modelos delictuales.

Las redes delictivas, como cadenas de valor ilegales, requieren de ciertas condiciones y lugares de neutralidad para poder operar la logística de sus ilícitos. El “control de proximidad y cercanía” opera contra estas condiciones de estabilidad.

De allí, se entiende la virtud del modelo de “control de proximidad comunal”, que acompaña no solamente la preocupación del vecino a través de una denuncia sino que posibilita actuar como un sistema preventivo de delitos complejos. Es por ello que el fortalecimiento de este sistema  de control de proximidad posibilita la detección de conductas que generan ilícitos, y que en definitiva busca proteger los derechos esenciales a nivel personal y social, tales como la vida, la propiedad, la salud, la integridad física y la seguridad común.