Sube la tasa de 10 años de los Estados Unidos

En lo que va del presente año 2015, la tasa de interés del bono de 10 años del tesoro estadounidense ha mostrado un avance de 30 puntos básicos, pasando de niveles de 2.17% a niveles actuales de 2.47%. A su vez, si tomamos como referencia los mínimos que se testearon de tasa en el presente año de 1.65%, hacia el mes de enero, entonces el avance de tasa en los últimos meses ya asciende a los 82 puntos básicos y prende las alarmas de muchos inversores.

Es que muchos inversores entienden que el avance de la tasa de 10 años podría eventualmente estar anticipando un comienzo de subas de tasas de la FED en los próximos meses y a partir de ello, estos deciden salirse del bono americano en busca de nuevos horizontes.

Sin embargo, también están aquellos que consideran que un comienzo de suba de tasas en Estados Unidos podría no sólo impactar sobre el precio de los bonos, sino que también la bolsa se podría ver afectada, incluso generando una nueva crisis de mercado.

A pesar de ello, desde nuestra lectura técnica, si observamos cual ha sido la sensibilidad del mercado ante un comienzo de suba de la tasa de 10 años a lo largo de los últimos 30 años, veremos que las crisis de mercado no llegan cuando la tasa comienza a subir, sino que luego que esta ya tuvo su rally.

Vale recordar que las crisis en el mercado no se desatan durante el proceso de subida de la tasa, sino luego que esta ha registrado desde sus mínimos una subida superior a los 200 puntos básicos. Ello pasó entre el año 1986 y el año 1987, donde la tasa subió 328 puntos básicos y ello desembocó más tarde en “el crash del 87”. Posteriormente, entre el año 1993 y el año 1994, la tasa sube 297 puntos básicos y ello desembocó en “el efecto tequila”. También entre el año 1998 y comienzos del año 2000, la tasa sube 272 puntos básicos y ello desembocó luego en la crisis de la burbuja tecnológica. Finalmente entre el año 2003 y el año 2007 la tasa sube 225 puntos básicos y ello desemboca más tarde en “la crisis sub-prime”.

Incluso veremos que en el proceso de avance de tasa no sólo no se desata una crisis, sino que las bolsas terminan acentuando sus rendimientos.

Hoy por hoy, el piso más importante que vimos en la baja de tasa de los últimos años ha sido conseguido en el año 2012 en niveles de 1.39%. Desde allí vimos un avance de 165 puntos básicos y si bien mucho se habló sobre la posibilidad de una nueva crisis bursátil, veremos que tal pronóstico bajista no se materializó. Aún así, a comienzos del año 2014 la tasa de 10 años vuelve a ceder hasta enero del presente año, alcanzando niveles de 1.65%, y ha sido desde esos mínimos que actualmente retoma el proceso de recuperación.

Como mencionamos a comienzos de la nota, desde los mínimos del año la tasa ya ha subido 82 puntos básicos. Sin embargo, ello está muy lejos del piso de 200 puntos básicos de suba que se vio en el resto de las crisis bursátiles de los últimos 30 años y por ello creemos que es muy prematuro hablar de “la crisis que se viene”, ya que, según nos muestra la historia, ésta se daría recién cuando la tasa de 10 años alcance la zona de 3.4-3.5% o bien niveles superiores, ya que es justamente a partir de esas instancias que se cumplirían 200 puntos básicos de avance desde los mínimos del año 2012, área que a su vez coincide con la parte superior del canal bajista en fuerza desde el año 1987.

En relación a lo comentado, creemos que el mercado bursátil estadounidense aún tiene terreno alcista por recorrer y, si bien siempre es posible veamos ajustes intermedios, donde aparecerán los fantasmas de inicio a una nueva crisis, desde nuestra lectura creemos que esos ajustes serán sólo temporales y oportunos para un nuevo posicionamiento del lado comprado, quizás buscando aprovechar ese tramo final de euforia que pueda darse en el mercado, mientras la recuperación de tasa hacia la zona de 3.4-3.5% pueda darse en vista al próximo año quizás.

Está claro que no vemos en la Bolsa estadounidense un mercado que nos pueda entregar grandes retornos porcentuales hacia los próximos meses o incluso hacia el próximo año. Creemos sí que lo mejor aún no ha llegado y ello se dará con un índice Dow Jones mucho más cercano a los 20-22 mil puntos, que a los 18 mil puntos actuales.

La jornada de este pasado miércoles 10/06 puede ser un claro ejemplo de lo que veremos en los próximos meses, tasa de 10 años subiendo, con bolsas y commodities subiendo y dólar comenzando a recortar parcialmente el fuerte avance desarrollado.

La soja mantiene su debilidad

La soja continúa exhibiendo debilidad en su comportamiento y los precios en el mercado de Chicago han regresado a niveles muy cercanos a los mínimos que se alcanzaran hacia el mes de octubre del pasado año, en momento que Estados Unidos confirmaba una súper cosecha de 108 millones de toneladas para la campaña 2015-2016.

En dicha oportunidad, la baja de los precios había alcanzado como punto más deprimido niveles de 904 centavos por bullshel (Cent/bu), área que incluso está representada por mínimos de importancia que fueran vistos en el año 2010. Esto es previo a que se habilite el rally de precios hacia máximos históricos dos años más tarde.

Si bien hoy el contrato de soja más operado en Chicago es el que tiene vencimiento mes de julio 2015 y este tiene un precio de 925-930 centavos, cuando observamos los contratos de futuro con vencimiento septiembre y noviembre veremos que el precio de la oleaginosa ya se encuentra testeando los mínimos de 905-900 centavos que mencionábamos arriba y ello no es para nada alentador si tenemos en cuenta que en un curso correcto del cultivo hacia los próximos meses, Estados Unidos espera tener otra campaña de cosecha superior a los 100 millones de tonelada, incluso el USDA (Departamento de Agricultura de Estados Unidos) proyecta una cosecha de 104 millones de tonelada.

Con súper cosecha del commodity en Estados Unidos y en Sudamérica para la campaña 2014-2015 y con expectativas de un escenario similar para la campaña 2015-2016, desde el punto de vista fundamental resulta realmente difícil pensar en recuperaciones del precio de la oleaginosa en vista a los próximos meses y eso es lo que expresa el mercado al observar los contrato de vencimiento más largo. ¿Pero qué se observa desde lo técnico?

No vamos a dejar de reconocer que la acentuación bajista del precio en las últimas semanas nos coloca en una situación bastante incómoda, sin embargo también es cierto que existen indicadores de saturación bajista que mantienen en vigencia las chances que estemos en zona de contención y a la espera de nuevas reacciones en los precios.

En efecto, como hemos mencionado ya en una columna a comienzos del mes de abril, desde octubre pasado a la fecha hubo muchos detonantes bajistas que podrían haber acentuado aún más la debilidad del precio de la oleaginosa, como para perforar los mínimos de 904-900 centavos, entre los cuales destacamos el avance del dólar contra las principales monedas del mundo, también la fuerte baja del precio del petróleo a nivel internacionales y la misma confirmación de súper cosecha mundial en Estados Unidos y en Sudamérica. Sin embargo, a pesar de ello la fuerza vendedora del mercado ya estaba erosionada y si bien los precios no lograron sostener la recuperación practicada entre octubre y noviembre, pasando de niveles de 904 a niveles de 1086 centavos, también es cierto que aún los precios se mantienen por encima de esas instancias de mínimos y con un alto nivel de saturación bajista en los indicadores técnicos que nos estarán indicando la cercanía de un punto de inflexión algo más importante a los visto en dicha oportunidad.

Es verdad que con las bajas de las últimas semanas, la posición neta vendedora de los fondos especulativos se ha incrementado de manera importante, como así también en contraposición los comerciales han ampliado su exposición compradora neta. Vale apuntar que en todo este proceso bajista de las últimas semanas no se ha observado incremento del interés abierto; esto es la cantidad de contratos futuros abiertos en el mercado, que de algún modo nos indican el nivel de responsabilidades futuras de los participantes y el ingreso de flujo a dicho mercado.

En resumen, desde lo técnico las condiciones no han cambiado mucho respecto a la última vez que escribimos sobre el tema. Es decir, los indicadores matemáticos siguen mostrando sobreventa y divergencia alcista, las fuerzas vendedoras y compradoras mucho no han variado, los precios se mantienen por encima de los mínimos de octubre y posados sobre el soporte histórico del año 2010. En este contexto, aún cuando las condiciones fundamentales no nos favorecen, creemos que la sobreoferta mundial del grano ya está en los precios y por lo tanto la sorpresa ahora podría llegar quizás del lado de la demanda, principalmente debido a un recorte del dólar al avance del último año, a una mayor estabilidad del precio del petróleo y porqué no a una mejora de los indicadores económicos en china como efecto a la política de baja de tasas. En tal caso, creemos que el precio de la soja hacia finales del presente año, en el plano local, muy posiblemente pueda estar en valores mucho más atractivos a los actuales, idealmente impulsado por una recuperación del precio en Chicago y principalmente potenciado por el sólo efecto de contra-estación.

Los mercados no creen en una “guerra fría”, al menos por el momento…

La guerra es la manifestación de psicología negativa más importante que puede tener un ser humano como conducta social en masas. Si bien se dice que en las guerras existen los códigos, lo cierto es que éstas, muchas veces, son consecuencia de un fuerte deterioro de los valores humanos.

Por lo comentado, se considera que no es casual que muchas veces una guerra se suceda a una importante crisis económica o social, ya que justamente estas crisis son las que producen la pérdida de valores en los seres humanos, que más tarde se trasladan en hechos violentos.

Por ello, si repasamos el comportamiento histórico de los mercados financieros, cómo estos se mueven por expectativas de lo que el inversor espera hacia el futuro, veremos que todo conflicto bélico de trascendencia mundial durante el último siglo y medio, ha sido antecedido por una fuerte caída del mercado; habitualmente son caídas superiores al 40-50% ó bien caídas duraderas en el tiempo.

En efecto, observemos la siguiente gráfica. La guerra de secesión en EEUU entre los años 1861-1865, fue antecedida por una caída bursátil superior al 50%, que se inicio en el año 1838 y se extendió hacia comienzos del año 1862 (hacia el inicio de la guerra).

guerra

 

Luego llegó la depresión de los años 30, donde la bolsa cae entre los años 1929-1932, perdiendo cerca del 90% de su valor. Esta crisis antecederá la segunda guerra mundial entre los años 1939-1945. Posteriormente, entre los años 1960-1975 se desarrolla la guerra de Vietnam. El recrudecimiento de esta guerra estalla hacia finales de la década del ´60 y comienzos del ´70 y una vez más la bolsa anticipa dicho recrudecimiento, ya que el mercado pierde entre los años 1966-1970 cerca del 40% de su valor. Finalmente, hacia comienzos del presente siglo XXI, el mercado ingresa en una crisis importante que se inicia como consecuencia de la explosión de la burbuja tecnológica y se potencia con un incremento de ataques terroristas a nivel mundial. Entre el año 2000-2003 el mercado estadounidense pierde un 40% y antecede lo que será luego la guerra de Afganistan e Irak, que se termina extiendo hasta el pasado año 2011.

¿QUÉ PASA EN LA ACTUALIDAD?

Como es de público conocimiento, la violencia en Ucrania no cesa y ello mantiene en vilo al mundo entero, reavivando los fantasmas de la “Guerra Fría”, que atravesara el mundo durante gran parte del pasado siglo XX entre los bloques occidental-capitalista liderado por Estados Unidos y oriental-comunista liderado por la Unión Soviética. Ambos bloques, no sólo se disputaban el poderío económico, sino también el poderío político e ideológico en el mundo.

Si bien las condiciones actuales son diferentes a las de aquella época, cada intervención de uno de los bloques en un conflicto que surja a nivel mundial, es motivo para que el otro bloque muestre disconformidad en uno u otro sentido, lo cual muestra que la sensibilidad y la disputa entre ambos permanece latente.

Sin embargo, ¿cuál es la respuesta que han dado los mercados financieros a estos fantasmas de una nueva “Guerra Fría”?

Por lo pronto, si entendemos que los mercados financieros son anticipadores a eventos de esta naturaleza y no al contrario, entonces debemos decir que éstos poco creen en la probabilidad de una “Guerra Fría”.

En efecto, la bolsa estadounidense se encuentra en zona de máximos históricos en torno a los 16600-16650 puntos, y si bien las chances de una corrección natural de corto plazo permanecen vigentes, como toma de ganancia a las fuertes utilidades arrojadas el pasado año, el conflicto de Ucrania ha sido muy bien absorbido hasta el momento por parte del mundo inversor; más allá de la volatilidad intradiaria que suelen tener los mercados en estas circunstancias.

Por el contrario, si hubiera expectativas o temor concreto de los inversores ante las posibilidades de un agravamiento del conflicto, sería sin duda el mercado el que comience a descontarlo y los vendedores reaparecerían con mayor fortaleza.

Por otro lado, la bolsa rusa no ha logrado un gran desempeño en los últimos años, sin embargo esta debilidad del mercado ruso en comparación al accionar de Estados Unidos, ha sido generalizada para los emergentes y en especial para el bloque del BRIC. Aún así, la respuesta que han tenido los mercados del bloque desde el referéndum de Crimea ha sido más que alentadora, al punto que la bolsa rusa acumula saldo positivo desde entonces.

Con lo expresado, queda claro que los fantasmas de la Guerra Fría de los cuales muchos medios hablan actualmente, no son tales para el mercado financiero, al menos por el momento. Veamos…