Hace un par de semanas, y muy cerca al 4 de julio, día de la independencia de Estados Unidos, el canal de televisión para niños Disney transmitió su clásico Pocahontas. Lo hizo como parte de una serie de películas para conmemorar la herencia americana. La historia de Pocahontas es conmovedora, y muy explicativa para cualquier niño estadounidense que se pregunte hoy día parte de la historia de la inmigración a estas tierras.
En 1607 John Smith, un inglés, joven y guapo, sin familia, viaja buscando oro y se encuentra en el Nuevo Mundo con Pocahontas. Pocahontas, un dibujo animado diseñado con todas las características del indio nativo americano, muy hermosa, le enseña a John Smith que los animales también tienen alma, y que no hay que matarlos, ni podar los árboles, y que se puede vivir en armonía aunque seamos diferentes. Smith y Pocahontas se enamoran, pero al final a John Smith lo van a matar por una ofensa de un amigo a la tribu de Pocahontas, y se debe ir de regreso a Inglaterra, se va herido. Ésta es la historia en dibujos animados. En la vida real sabemos cuál fue la historia. Seguro hubo algunas Pocahontas, pero también hubo muchos indios que no contaron con suerte.