La cultura podrida de las armas

Un funcionario australiano acaba de dar declaraciones sumamente controversiales en referencia a la cultura de las armas en Estados Unidos. “EEUU ha elegido la vía de la política ilógica con respecto a las armas”, dijo el ex viceprimer ministro australiano Tim Fischer el pasado viernes. “No pueden esperar no tener críticas por todo el mundo. Estoy enojado porque está corrompiendo el mundo esta cultura de las armas de Estados Unidos”. El político, furioso, hacía referencia al caso del joven australiano Christopher Lane, estudiante, beisbolista, que fue baleado mientras trotaba en Oklahoma. ¿La razón? Tres adolescentes dijeron a las autoridades que estaban aburridos y decidieron dispararle.

¿Qué hacían tres adolescentes con un arma vagando por las calles de Oklahoma? Probablemente un abogado defensor dirá que tenían el arma para defenderse del mal, pero después de la confesión de los jóvenes, para mí, no hay mucho por defender más allá que pensar que el verdadero peligro que existe hoy en Estados Unidos es la facilidad que todos, sin excepción, incluidos los adolescentes inexpertos, y los criminales con antecedentes, tienen para obtener un arma. Y no sólo un arma, un arsenal de armas de cualquier tipo. O a ustedes, queridos lectores, ¿les parece lógico que una persona tenga acceso, en un país con el desarrollo de Estados Unidos, donde la policía y el ejército funcionan bien, no a un arma, sino por ejemplo a fusiles, metralletas y granadas? Más de uno tiene un arsenal, basta con leer las noticias para darse cuenta. Nuestro vecino de al lado puede tener un arsenal y no lo sabemos.

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