En dos días 18, mataron. En julio de 1994, en la masacre de la AMIA, a 85 víctimas inocentes. Inocentes, los que estaban dentro del edificio de la mutual judeoargentina y los que caminaban por la calle Pasteur.
En enero de 2015 mataron en Puerto Madero a un fiscal de la nación culpable. Culpable de investigar y de denunciar por encubrimiento a la Presidente, al canciller, a los funcionarios del Gobierno de la nación.
Por la verdad, la memoria y la justicia durante más de dos décadas de ejercicio sostenido de reclamo, hemos llegado a una nueva efemérides en este 21.er aniversario de la masacre de la AMIA. Aún sin resultados, pero con la evidencia en los expedientes de una conexión local que espera un nuevo juicio, pero está tan claramente identificada como impune por mala praxis de la Justicia, que también será juzgada. Una conexión internacional que documenta la participación de Irán en el atentado que tiene a sus actores localizados de manera tan clara como también lo es el memorándum como acto simultáneo de encubrimiento y de inconstitucionalidad perpetrado por un Gobierno que ha demostrado no tener ni límites ni escrúpulos. Continuar leyendo