Poco antes del esperado viaje papal a Brasil, el Vaticano anunció que Francisco dará “indulgencias plenarias” a través de Twitter. Más allá de la necesidad de conectar con los fieles más jóvenes, la decisión ha instalado el debate: ¿pueden las experiencias espirituales adaptarse a los medios digitales?
En época de redes sociales, nada peor que una noticia que, bajo el frenesí de su viralización digital, va perdiendo precisión y rigor. Algo así fue lo que ocurrió la semana pasada, a propósito de una noticia que involucraba a Twitter y al Vaticano, el corazón de una de las instituciones más antiguas e influyentes del mundo.