Francisco es un Papa que “incomoda”; eso nos enorgullece y nos lleva a celebrar sus dos años de pontificado. Dos años de entrega profunda trabajando por la paz en el mundo, siempre motivado por preservar la Dignidad de la Persona Humana.
¿A qué me refiero con que incomoda? El con su ejemplo nos interpela, nos sacude en nuestra comodidad invitándonos a involucranos. Y eso a mucho no les gusta. Hace ya dos años que Francisco se animó a involucrarse en los asuntos más álgidos de la política mundial. Sorprendiendo y descolocando al visitar villas y priorizando siempre a los más necesitados, a los más pequeños… nada más cristiano.
Hace ya dos años rescata del olvido a los marginados del viejo mundo, como quiso mostrarnos en su viaje a Lampedusa. Se acerca a a los más relegados de la sociedad como son los jóvenes, brindándoles su aliento y sus palabras, como sucedió en la Jornada Mundial de Río de Janeiro. Continuar leyendo