Las cuentas también se cobran con votos

Todo indica que los resultados del domingo 6 de diciembre serán muy distintos a los que tradicionalmente estuvimos acostumbrados a recibir durante casi veinte años de historia venezolana. Las encuestas, más que los expertos, sorpresivamente nos madrugaron con indicadores que aunque se esperaban, no se creían. Las más conservadoras, incluso aquellas abiertamente pro-oficialistas, hablaban de un 15% de ventaja de la oposición sobre el chavismo, las más liberales de hasta el 30 por ciento.

Sin embargo, la mejor encuesta que podemos aplicar tiene dos variables a analizar. La primera es el propio pueblo y su realidad. En las calles se nota el descontento, la ansiedad, la falta de motivación, la incertidumbre. Un kilo de pollo es igual a un kilo de oro, un papel higiénico a una comida en el mejor restorán.

La muerte se relativizó, para el mayor pesar de los venezolanos. Si es rojo, blanco, amarillo, de este o aquel lugar, todo forma parte de los atenuantes o los agravantes en un país tan desigual que, aunque rico, está quebrado, con una estanflación alarmante que repite índices de pobreza y miseria que se vivieron en otros tiempos tan criticados por el propio chavismo. Continuar leyendo

Obama, la excusa perfecta

El gobierno venezolano lo logró. Después de casi dieciséis años de insistencia supo ganarse el tan merecido puesto de “amenaza” para la seguridad nacional de EE.UU. Supo también construir sus “mártires” revolucionarios a punta de apoyos que por incondicionales suscribieron las violaciones de los DD.HH. a cientos de venezolanos que vivieron y viven en carne propia las reiteradas barbaridades del llamado “Socialismo del siglo XXI”, las cuales han sido denunciadas insistentemente, tanto nacional como internacionalmente.

Los representantes del gobierno central han sabido sacar provecho de las sanciones y declaraciones de Washington, generando toda una campaña de comunicación que incorpora a todos los medios que tienen a la mano, haciendo ver que las acciones en contra de los funcionarios venezolanos incursos en delitos de blanqueo de capitales, corrupción, narcotráfico o violación a los DD.HH., son ataques al país, afectando supuestamente a la gente común. Lo que no dicen es que las sanciones contemplan la congelación de cuentas mil millonarias en bancos norteamericanos de las cuales ninguno tiene cómo explicar su procedencia. Continuar leyendo