Instalar el derecho al aborto como un “tema de debate” configura desde ya un empobrecimiento del debate mismo.
La protección de la vida humana es superior a cualquier otro interés, coyuntura o pauta cultural.
La más amplia defensa de la vida debe ser es un objetivo primario porque nuestra vida tiene una dimensión que nos precede y nos excede, nos trasciende como individuos hacia el conjunto y hacia lo divino.
La vida y su dignidad no son derechos sino la condición necesaria para el ejercicio de los mismos. Acotar la vida a un enunciado jurídico es relativizar su valor y por eso mismo. Continuar leyendo