El domingo pasado fue un día histórico, lo digo sin eufemismos. Por primera vez en la historia una mujer será la gobernadora de la provincia de Buenos Aires y habrá un ballotage en la Argentina. Son dos novedades o cambios institucionales que dan muestra de un país rumbo a algo nuevo.
Pero más allá de lo institucional, creo que también hay que destacar lo político: el pueblo argentino fue a votar y reflejó a lo largo y ancho del país que estamos listos para otra Argentina. Listos para un país inspirado en el diálogo, en el trabajo en equipo y en el respeto al que piensa diferente. No obstante, lo más importante es que se logró quebrar con el pensamiento hegemónico, con que “No se le puede ganar al peronismo”.
Durante los cacerolazos, desde el oficialismo se reían de nosotros y sugerían que si queríamos ser escuchados, debíamos armar un partido y ganar las elecciones. Se tomó el desafío y se trabajó para construir esta alternativa de cambio. Hay que destacar el rol de los mentores de este proyecto: Patricia Bullrich en el 2013 reclamaba la unión de la oposición e hizo lo propio junto a Mauricio Macri. Este año Elisa Carrió, y luego Ernesto Sanz, entre otros dirigentes, permitieron que se consolidara esta coalición de centro con serias chances de ganar las próximas elecciones. Continuar leyendo