Cecilia Pando y el fiscal Marijuán, contra la libertad de expresión

Adam Dubove

El falló de la Corte que dictó la constitucionalidad de la ley de medios puso una vez más en el centro de la escena a la libertad de expresión. Además del avance económico del gobierno a través de la ley de medios y la distribución de la pauta oficial, la libertad de expresión es puesta a prueba en otras oportunidades. Son los casos de los dichos de Jaime Durán Barba y la imagen publicada por la Revista Barcelona.

Las declaraciones del principal asesor de Mauricio Macri y el PRO, Jaime Durán Barba, en las que afirma que “¡Hitler era un tipo espectacular!”, despertaron un vehemente repudio por parte de todo el arco político, incluso dirigentes de su propio partido. Sin embargo, no todas las repercusiones fueron manifestaciones de repudio. Ante las declaraciones de Durán Barba, el fiscal federal Guillermo Marijuán lo denunció penalmente por apología del delito. El fiscal, y con mucha razón, manifestó que “en modo alguno se puede calificar al asesino mayor de la historia como alguien espectacular”, pero ¿es esto suficiente para penar a Jaime Durán Barba? ¿Puede penarse una expresión por el solo hecho de ser ofensiva?

Sin quererlo Durán Barba pone a prueba la libertad de expresión. Son obvias las razones para repudiar las palabras de Durán Barba sobre el genocida nazi Adolf Hitler y sobre el genocida soviético Iosif Stalin a quien describió como “un tipo muy fino”, pero esto no implica que deban ser prohibidas o penadas, como pretende Marijuán. Penar determinadas expresiones por el hecho de que puedan haber sido ofensivas es violar la libertad de expresión. Son justamente este tipo de declaraciones las que ponen a prueba la posibilidad de expresarse libremente, cuando lo que se está expresando puede resultar molesto y hasta ofensivo para un gran número de personas es el momento para hacer valer esa libertad.

Por otro lado, Cecilia Pando, esposa de un coronel retirado y conocida por la defensa del accionar de los gobiernos militares en la última dictadura militar, también libra una batalla contra la libertad de expresión. En este caso la acción es contra la revista de humor Barcelona por la publicación en la contratapa de una edición del año 2010, en la que Pando aparece encadenada y desnuda, en un claro fotomontaje que satiriza una protesta que encabezó aquel año en la que se encadenó al Edificio Libertador, sede de Ministerio de Defensa. A raíz de esta contratapa, Pando demandó civilmente a la revista por $ 70.000 alegando la existencia daños y perjuicios por el daño moral que le fue ocasionado y exigió una indemnización.

Tanto el caso de la denuncia de Marijuán por las declaraciones de Durán Barba, como la demanda entablada por Pando contra la revista Barcelona, son casos donde la libertad de expresión está siendo puesta a prueba frente a los tribunales, aunque cada uno con sus particularidades.

Marijuán sostiene que es necesaria “una correcta investigación para desentrañar si se quiso exaltar a un sujeto para nada espectacular”. Lo que Marijuán ignora es que la misma Constitución Nacional sobre la que tuvo que jurar defiende la libertad de expresión, independientemente de los resultados que pueda arrojar su “correcta investigación”.

El caso de Pando contra la revista Barcelona es muy similar a la famosa causa que revisó la Corte Suprema de Estados Unidos “Hustler Magazine v. Jerry  Falwell”, la cual fue recreada en la película The People v. Larry Flint. Allí, el famoso pastor protestante Jerry Falwell había demandado a la revista pornográfica Hustler, en la que había aparecido su imagen en una parodia en la que afirmaba que debutó sexualmente con su madre. En este caso la Corte de Estados Unidos afirmó que ese tipo de parodias se encontraban amparadas por la primera enmienda, que protege la libertad de expresión, al tratarse de una parodia a una figura pública. Si los jueces argentinos están a la altura, el caso Pando debería correr la misma suerte.

La libertad de expresión está siendo puesta a prueba. Más allá de las valoraciones personales, la revista Barcelona y Jaime Durán Barba están en su derecho a hacer comentarios ofensivos o defensas de personas execrables. La libertad muchas veces implica aceptar resultados que consideramos disvaliosos, conductas que percibimos como autodestructivas, o formas de pensar que chocan de lleno contra el sentido común, pero todo eso es parte de ejercer la libertad que también nos permite innovar, conocer, aprender y evolucionar. Por eso en estos momentos en los que muchos dudan acerca de las bondades de la libertad es imprescindible defenderla.