Por: Alejandro Radonjic
En 2011, Elisa Carrió, Ricardo Alfonsín, Hermes Binner y Pino Solanas fueron los engranajes de cuatro de las 10 fórmulas que se presentaron a las PASO del 14 de agosto. A Carrió y Solanas (que apuntalaba la fórmula Argumedo-Cardelli) les fue tan mal que, en el caso de Proyecto Sur, no pasaron el corte y no llegaron a las generales. Alfonsín y Binner sí lo hicieron, aunque tampoco les fue muy bien: el radical terminó tercero en las generales y el socialista, segundo. Ambos, a más de 30 puntos de CFK. Pero eso es pasado. La novedad es que, dos años después, están todos en un mismo espacio, o algo similar.
“Lilita” y “Pino” irán juntos en una de las varias boletas de UNEN que se presentarán en la Ciudad; Alfonsín, y el radicalismo, acordaron ir junto al FAP (salvo algunas deserciones) a las elecciones de octubre en la provincia de Buenos Aires y Binner dejó a un lado su competencia con los radicales y encabezará la lista que compondrán las fuerzas que integran el frente de partidos que le arrebató la provincia de Santa Fe al peronismo en 2007 y que aún hoy la gobierna. En todo el país, este “espacio”, además, tendrá oferta en 16 distritos. Será algo similar al Acuerdo Cívico y Social (ACyS) de 2009. Los más críticos se remontan más de una década atrás y hablan de una reedición de la Alianza.
No es una gran acuerdo nacional ni un frente, al estilo del Frepaso y mucho menos la Alianza. Son acuerdos de menor escala y circunscriptos a cada provincia. Tampoco parece ser muy útil definirlos como de centroizquierda. Lo que los define, más bien, es el hecho de ser opositores al Gobierno y no ser peronistas. Tampoco intentan negociar con los peronistas no alineados, como sí hace el PRO. Son todos dirigentes que quieren y sienten que pueden “ir por más” y jugar en las grandes ligas: saltar desde sus bancas de senadores o diputados a cargos ejecutivos provinciales o, por qué no, nacionales. El que tiene más credenciales dentro del espacio es Binner: salió segundo en 2011 y gobernó una de las provincias más importantes del país. Y seguramente gane en Santa Fe este año, y gran parte del mérito será suyo.
Si se compara este activismo coalicional de la centroizquierda con el del polo de la centroderecha (que componen los peronistas disidentes, los ex K y el PRO) el contraste es notable. Para la ciudadanía opositora que venía reclamando una unión de la oposición, es una buena noticia. Como recuerda Pablo Ferreyra en su columna, Jorge Lanata los felicitó. No es un patrocinio menor. Además, si se suman todas las boletas que se presentarán en las PASO por el espacio (en la ciudad de Buenos Aires habrá, como mínimo, tres) podrán juntar votos de varias canastas. Lograr repetir esos números en las generales no está asegurado: ¿los votantes de Terragno-Lousteau estarán dispuestos a votar por Carrió, Solanas, Gil Lavedra o “la política que te gusta” o viceversa? No se sabe.
Algunos de los acercamientos (por ejemplo, entre Libres del Sur y la UCR en la Ciudad) se vienen trabajando hace un tiempo, pero otros (como la sumatoria de “Pino” y “Lilita” a ese frente o el acercamiento FAP-UCR en la provincia) fueron enhebrados entre gallos y medianoche. En este caso, lo que primó parece haber sido más la conveniencia electoral que las coincidencias o los consensos. ¿Premiará la sociedad la vocación de poder o le bajará el pulgar al rejunte?
Viajemos a la mañana del 28 de octubre, y seamos optimistas con el espacio: Binner ganó en Santa Fe, UNEN hizo una muy buena elección en la Ciudad, en la provincia Alfonsín-Stolbizer salen segundo pisándoles los talones al kirchnerismo y el espacio consigue algún otro buen resultado por ahí. Nada mal. Pero ¿cómo sigue? La clave, para el espacio, será encontrar un factor aglutinante, es decir, un candidato a presidente y evitar el vedettismo. Binner, por sus credenciales, parece el elegido. Pero ¿estará dispuesto a hacer una convocatoria generosa? O, más importantemente, ¿aceptarán todos los heterogéneos integrantes del espacio, especialmente los radicales, la invitación? Alfonsín también podría buscar ser el líder. ¿Y los mendocinos Cobos y Sanz? Las dudas a futuro son muchas. ¿No se pelearán antes? ¿Seguirán unidos? ¿Les irá bien en las elecciones? No se sabe. Por lo menos, y no es poco, han dado el primer paso.