Setenta y cinco días históricos

Desde el lunes parece que todos nos hemos convertido en arquitectos o en constructores: todos hablamos de “techos” y “pisos” tratando de resumir en esas palabras las futuras posibilidades de los candidatos más votados en las PASO.

Han quedado seis finalistas, dos con chances claras, uno que tercia en esa discusión y tres que no tienen ninguna posibilidad.

La primera pregunta es qué ocurrirá con estos últimos ¿mantendrán sus candidaturas o las bajarán? Entre los tres reúnen algo así como el 9% de los votos. No parece que Nicolás Del Caño vaya a tomar esa decisión porque representa un sector bien definido que necesita tener un candidato propio. Pero Adolfo Rodríguez Saá y Margarita Stolbizer, en función de determinados fines, podrían hacerlo. Estamos hablando del 6% de los votos. 

Otro interrogante es saber qué pasó con la gente que no fue a votar que fue un porcentaje más alto que lo normal. Allí hay 30% del padrón.  Continuar leyendo

El dilema de Scioli

El FpV tendrá, tarde o temprano, un problema serio si llega a ganar las elecciones: su modelo social, económico y -si se le puede llamar así- hasta “filosófico” es incompatible con la naturaleza humana de su candidato.

En efecto, este modelo no funciona sin matonismo, sin meter medio, sin el ejercicio de la fuerza, sin amenazar, sin escrachar, sin atropellar… Y Daniel Scioli, simple y sencillamente, no es así. Podrá ser más o menos apto, más o menos inteligente o hábil; más o menos formado o más o menos aggiornado, pero no es un matón, no es un metedor serial de miedo, no privilegia el uso de la fuerza, no tiene vocación de escrachar y no ha andado por la vida atropellando maleducadamente a quien piensa diferente… En suma: Scioli no es kirchenrista.

Es posible que Scioli sí sea maquiavélico en el sentido de preferir privilegiar el fin “ser presidente” a los medios “parecer kirchnerista”; y también es posible que el maquiavelismo kirchnerista haya creído que era preferible el fin “conservar el poder con el caudal electoral de Scioli” que los medios “hacer que Scioli sea su candidato”.

Pero sean como sean los antecedentes de este matrimonio, se parecen mucho a los “juntaderos” frentistas o aliancistas que muchas veces se le critican a la oposición. En efecto, no es raro que cualquier intento de unión por parte de fuerzas opositoras que hasta un momento determinado habían actuado separadamente, sea tildado de “bolsa de gatos” unida con engrudo al solo efecto de llegar al poder.

Ese solo argumento con más el malogrado antecedente de la Alianza le ha servido al peronismo para enchastrar cualquier asociación de fuerzas que no piensan como él.

La sociedad, a su vez, se ha creído el verso de que el peronismo puede metamorfosearse sin consecuencias en cuanto monstruo pueda pensarse sin que eso se traslade a un aquelarre en el poder y en el país.

Para los que creen eso no habría más que recomendarle una lectura de la historia de los años 70, en donde las trifulcas entre peronistas terminaron a los tiros por la calle, con gente colgada de los árboles y con un baño de sangre cuyas consecuencias se hacen sentir hasta ahora.

Si Scioli gana las elecciones esta tensión será ineludible. Tuvimos un adelanto sordo el otro día cuando el gobernador debió pedir permiso a la Casa Rosada para hacer una reunión con el peronismo “ortodoxo”. La tensión entre el marxismo matón y el peronismo componedor y campechano de Scioli serán invivibles.

El tiempo de las elecciones y de la campaña habrá pasado y por delante solo quedará gobernar. Gobernar con un conjunto de creencias que vienen de la crianza, de las costumbres y de las más ancestrales tradiciones y que son completamente incompatibles entre sí. Allí también habrá una “bolsa de gatos”

Es un embuste total y completo el hecho de que las “bolsas de gatos” solo pueden ser protagonizadas por personas o partidos que no se escudan bajo un aparente mismo techo. Debajo del “techo” del peronismo han sucedido batallas incontables, crímenes, traiciones, amenazas, agachadas.

La otra cara de la mentira es que el peronismo puede llevar su sentido del pragmatismo a niveles tales que los que han criticado y humillado públicamente a Scioli todos estos años (incluida por supuesto -y empezando por ella- la propia Presidente) pueden ahora “convivir con él al solo efecto de cuidar sus privilegios.

Es posible que esa mentira aguante hasta las elecciones, pero será insoportablemente invivible luego.

¿Qué ocurrirá cuando el sentido de mundo que Scioli tiene indudablemente más desarrollado que el aldeanismo kirchnerista, le indique que debe trazar alguna estrategia de negociación con los holdouts?

¿Qué pasará cuando Scioli, que sabe cuánto pesan los EEUU en el mundo, intente un acercamiento con Washington? ¿Qué dirá Zannini cuando Sciloi dé a entender que el tema del dólar no tiene nada que ver con una cultura “cipaya” que hay que desterrar por las buenas o las malas (como en su momento dijo Martín Sabbatella) sino con la inflación y con el hecho de la Argentina no tiene moneda ni medios genuinos de ahorro? ¿Qué pasará con La Campora cuando Scioli se aleje -o quiera alejarse- del socialismo a la violeta que estimulan los parásitos del Estado que ganan más de $ 50000 por mes por el trabajo de esparcir la utopía marxista? ¿Qué ocurrirá con el diputado Kicillof cuando Scioli quiera terminar con la discriminación del campo y con la persecución ideológica de sus dirigentes? ¿Qué pasará con Cristina cuando Scioli quiera tender puentes de entendimiento con la prensa? ¿Qué ocurrirá cuando no quiera abusar de la cadena nacional o cuando se preste a conferencias de prensa abiertas?

¿Y qué pasará con Scioli si baja la cabeza y se aviene a ser otra persona de la que es? ¿Qué pasará con su salud, con su interior, con su psiquis? ¿Qué ocurrirá cuando advierta que luchó por llegar a un lugar desde el que ha pasado a ser un sello de goma, un escribano certificador de las voluntades de otros? ¿Resistirá su estómago? Me dirán: ¿pero qué decis? ¿No tenés ya suficientes pruebas de lo que resiste su estómago? Sí, las tengo. Pero esa resistencia hasta ahora tuvo un norte, un objetivo. ¿Qué pasará cuando a la noche, solo, antes de dormir su mente repase las humillaciones del día a cambio de algo que, de todos modos, ya consiguió? Ya no hay norte, ya no hay objetivo. Todo eso quedó atrás. Ahora solo se ve la obediencia y la frustración.

Es posible que estas elucubraciones queden lejos de las especulaciones que los ciudadanos hacen antes de votar. Pero no hay dudas de que las consecuencias de semejante tormenta en ciernes las terminarán pagando ellos.

La situación internacional y la economía de Kicillof

¿Y ahora qué hacemos? Durante doce años malgastamos una fortuna en demagogia barata y en un nacionalismo antiguo y ahora, que se viene la noche con las noticias que se conocen en materia económica en el mundo, vamos a la alcancía y nos encontramos con que no tenemos nada. ¡Extraordinario el modelo de inclusión con matriz productiva diversificada!

Usamos un capital enorme, echamos a los inversores y destruimos la infraestructura y, cuando deberíamos recurrir a todas esas reservas, nos encontramos con las economías regionales en la ruina, con un estrambótico esquema cambiario que se basa poco menos que en perseguir a la gente con perros por la calle y que ha estrangulado la producción y la competitividad productiva argentinas.

Contrastadas con esta realidad hasta suenan ridículamente patéticas las palabras de Daniel Scioli en sus avisos de propaganda hablando del trabajo, de la industria argentina y de los productos argentinos en el mundo. ¿Con qué especula? ¿Con la ignorancia de la gente? ¿Con el hecho de que el ciudadano de a pie no es un especialista y se cree el producto terminado cuando ya no hay alternativas?

Brasil ha instaurado un programa de ajuste a los desequilibrios que arrastra desde Lula da Silva y ello ha provocado una devaluación del real que ha colocado el precio del dólar en R$ 3,40 por unidad norteamericana. A esta situación debe sumársele lo que comentamos respecto de dólar como moneda mundial: su proceso de apreciación lo tiene en una paridad de 1,15 contra el euro, una de las más bajas desde que se creó la moneda común de la Unión Europea. Continuar leyendo

Scioli-Zannini, ¿la fórmula para retener el poder?

La decisión de la presidente de colocar como candidato a vicepresidente de Daniel Scioli a Carlos Zannini comienza a develar parte de lo que ya muchos comentarios venían anticipando.

En efecto, desde que Scioli confesó querer ser presidente, comenzó un largo camino de chicanas y obstáculos a la que la presidente y sus “equipos” sometieron al gobernador y que, de alguna manera, quedaron claras en el único discurso público que se le conoce a Máximo Kirchner cuando en la cancha de Argentinos Juniors dijo que eventualmente podrían entregar el gobierno pero no el poder.

La designación de Zannini obviamente va en esa dirección. El Secretario Legal y Técnico es el cerebro gris del proyecto oficial. Wado de Pedro acaba de definirlo como el corazón del proyecto. Maoista de convicción, Zanini efectivamente representa la ambición de construir un modelo en el que se conforme, por un lado, un ejército de súbditos esclavizados (nosotros) y, por el otro, una casta privilegiada con acceso a todas las desigualdades de la vida (ellos). Ese es, en efecto, “el corazón del proyecto”. Continuar leyendo

La presidente candidata

Seguramente Cristina Fernandez de Kirchner será candidata a diputada por la provincia de Buenos Aires. La Presidente no puede quedar a la intemperie de las amenazas judiciales. Su gobierno está recurriendo a todo tipo de retorcimiento jurídico para forzar un pronunciamiento favorable de la Sala 1 de la Cámara Federal; un pronunciamiento que desestime las denuncias de Nisman, Pollicita y Moldes. Cualquier jurista que se precie de tal deberá armarse de mucho valor para firmar un papel cuyo objetivo sea el archivo de las actuaciones. Lo han tenido otros -como Oyarbide, por ejemplo- en ocasiones y en causas anteriores. Pero Oyarbide es un caso perdido. El juez -si se lo puede llamar así- solo aspira a seguir cobrando su sueldo y a disfrutar del nivel de vida que ese ingreso le permite. Pero ha renunciado hace rato a la honra del puesto y a la dignidad de la magistratura. Continuar leyendo

Cuenta regresiva

El reloj de la cuenta regresiva se ha puesto en marcha de manera inexorable. Ya no es un simple recurso publicitario de campaña, sino que han comenzado a correr plazos legales para el calendario. 

¡Las leyes! Aunque a veces parezca mentira estamos gobernados por ellas y, por encima de la voluntad de algunos que aspiran a colocarse fuera de su alcance, son las leyes las que dominan el calendario y las formalidades. 

En la Capital en poco más de un mes se votará en las PASO para decidir los candidatos finales a la elección del 5 de julio. Y es en la Capital en donde también han comenzado a tener principio de ejecución algunas conductas que, hasta ahora, eran simples especulaciones. Continuar leyendo

El comunismo como enfermedad del alma

Desde que Thomas Jefferson escribió “nosotros el pueblo de los EEUU [...] sostenemos estas verdades como autoevidentes: que todo los hombres han sido creados iguales y que tienen derecho a la vida, a la libertad y a la búsqueda de su felicidad” han pasado 237 años.

El mundo ha conocido desde allí muchas ideas e incluso muchos experimentos extravagantes que costaron tragedias y millones de vidas. Pero nadie, hasta ahora, había estatizado la felicidad.

Sin embargo desde la semana pasada ese hito ha sido alcanzado: el hombre que habla con los pájaros, el impresentable presidente Nicolás Maduro, ha creado en Caracas el Viceministerio de la Felicidad Suprema.

Continuar leyendo

El campo se la ve venir

El discurso del presidente de la Sociedad Rural el sábado dijo cosas que ningún político de la oposición se anima a decir. Era él el que parecía un político. Otros dirigentes del campo se sorprendieron por la crudeza de las palabras. Pero su postura dejó en claro que la división de la Argentina es profunda y que su cicatrización será difícil. El gobierno de los Kirchner ha tenido, en ese punto, la eficiencia de la que ha carecido en la gestión. Si hubiera sido tan eficiente en disminuir la pobreza, acumular capital, elevar el nivel de vida, mejorar la infraestructura y disminuir la pobreza, hoy la Argentina sería un país vivible, con alta inversión, creación de empleo, mejora real del salario y bajos índices de inseguridad.

Pero el gobierno puso todo su énfasis en generar un enfrentamiento entre dos países irreconciliables: o se está con ellos o se está contra ellos; su último eslogan de campaña vuelve con la misma cantinela: “hay que saber elegir”, como si lo único elegible fueran ellos.

Pero a ese factor social se suma otro ingrediente. La división de la gente se apoya sobre un tembladeral económico; parte de las mentiras repetidas durante estos últimos diez años ya no tienen margen para su continuidad y mantenimiento y comenzarán a demandar correcciones impopulares.

¿Cómo reaccionarán los engañados de todos estos años? La única manera de mantener lubricado los bolsillos de aquellos a quienes se ha comprado a fuerza de dinero abundante será multiplicar la emisión. Pero ese procedimiento incendiará los billetes en las manos de la gente que verá caer su poderío de compra ya no por mes, sino por horas.

Los sindicatos pueden generar un escenario de tensiones permanentes si el gobierno no da respuestas y esas respuestas tarde o temprano deberán volcarse a la ortodoxia. Las cajas internas van agotándose (aunque quedan algunas) y el gobierno ha inmolado la posibilidad de recurrir a los mercados internacionales, que, dicho sea de paso, están por pronunciarse categóricamente en favor de que la Argentina pague lo que le debe a los tenedores de bonos que no entraron en el canje de deuda.

Esa desesperación puede ser la fuente de algunos disparates que incluso en estos días comenzaron a despuntar. En ese sentido el inefable Guillermo Moreno ha presionado a algunos bancos para que le “sugieran” a sus clientes que vendan sus dólares. ¿En calidad de qué una institución financiera va a prestarse a ese apriete?

¿Con qué autoridad supone Moreno que un banco puede decirle a una persona que venda sus dólares?

El fracaso estrepitoso de la operación de los CEDINES (que consistía en entregar dólares verdaderos a cambio de dólares falsos) puede llevar a una radicalización de la tendencia estableciendo, por ejemplo, un impuesto especial sobre fondos declarados en el exterior para obligar a una repatriación forzosa. Algunos economistas sostienen que ésta es una posibilidad nada disparatada.

El resultado de octubre (no de agosto, sino de octubre) puede tener un impacto sobre estas cuestiones.

Un gobierno normal frente a una derrota esperable en la provincia de Buenos Aires podría reaccionar reviendo algunas de sus posturas. Pero el de la señora de Kirchner no es un gobierno normal. Algunos sostienen que es el resultado de un combo de impericia, corrupción y malicia. El producto de esos ingredientes no retrocederá fácilmente aun con una derrota. Es más, sus antecedentes inmediatos lo confirman. En 2009 cuando Francisco De Narváez derrotó a Kirchner y a Scioli juntos, el entonces esposo presidencial redobló la apuesta y en pocos meses había conseguido salirse con la suya. El manejo del dinero fue fundamental para bloquear el nacimiento de una oposición más o menos ordenada. En aquel momento pudo hacerlo. ¿Están dadas las condiciones para repetirlo ahora?

Como se ve la cuestión vuelve a caer en el mismo punto: la necesidad de manejar fondos. Para hacerse de esos fondos el gobierno hará cualquier cosa. O mejor dicho, es capaz de hacer cualquier cosa.

Es justo reconocer que los Kirchner les han encontrado el punto “G” a los argentinos. Ese lugar crucial de máximo éxtasis es el dinero. A fuerza de dinero el gobierno ha conseguido objetivos que si fueran analizados desde el punto de vista de los principios o las convicciones, jamás habrían sido posibles.

Pero la sociedad tiene una cuestión evidentemente irresuelta con la plata: desarrolla un discurso completamente crítico hacia la importancia de lo material, pero luego está dispuesta a hacer cualquier cosa por dinero.

La irrupción de un discurso duro como el de Etchevehere impacta más porque ningún dirigente de otra fuerza viva de la sociedad se había animado a llegar tan lejos. Todos siempre han dejado una rendija para pactar con el gobierno. No se sabe si ha sido el miedo, la revancha, el escrache o la persecución,  pero lo cierto ha sido que la comunidad empresaria no se ha expresado en defensa de los valores republicanos ni siquiera cuando el atropello llegó a los mismísimos principios por los cuales las empresas existen, como por ejemplo, cuando costados inconfundibles del modelo atentaron contra el derecho de propiedad.

Esa ausencia de valentía tiene que ver con aquella relación irresuelta con el dinero: siempre se cree que éste estará más en peligro si se enfrenta al poder real que si se pacta con él. Muchos, pensando así, han comenzado a tejer la soga con la que van a ahorcarlos.

Once millones de personas viven, de una u otra manera, gracias al dinero del Estado. Se trata de un ejército que puede defenderte o matarte. El gobierno ha apostado a la pauperización de una enorme porción de la sociedad para después colonizar su cerebro con la farsa de su relato: transforma a la gente en pobre, para después decir que es el gobierno de los pobres. Mejora su condición un escalón, pero siempre estando atento a que la mejora sea lo suficientemente visible como para usufructuarla electoralmente pero económicamente inoperante para cambiar el modelo de pauperización mental. El control sobre la ingesta alimenticia es fundamental para aspirar a seguir produciendo zombis que se encandilan con un billete nuevo en su bolsillo sin darse cuenta que ni ellos ni su prole pueden pensar.

El enorme valor agregado generado por el campo en los últimos 10 años ha servido para multiplicar una máquina de empobrecimiento. El dinero se ha usado para fabricar más pobres. Luego a esos pobres se les ha dicho que sin el gobierno de su lado morirían de hambre. Esta ha sido la manifestación más profunda de la corrupción. Una estafa divisionista que ha sido exitosa, que no tiene miras de cesar y por la que el gobierno vive y perdura. El escenario de los próximos años se caracterizará por la lucha para hacerse de los fondos que financien la continuidad de esa idea.  Etchevehere sabe que tiene todos los números de la rifa cuyo premio mayor son esos fondos. Quizás eso explique la aridez de sus palabras.

La candidatura de Massa

El lanzamiento del intendente de Tigre como candidato a diputado por la provincia de Buenos Aires sólo sirvió para disparar docenas de especulaciones políticas. Porque en realidad, Sergio Massa no ha dado una sola pista acerca de lo que piensa. Salvo su categórica y bienvenida opción por la no-reelección -como concepto político y no como un “no” a Cristina-, en lo demás la nueva estrella política del país ha permanecido en la ambivalencia. Massa cree en el agotamiento de las personas y de las maneras pero no del rumbo. Supone que la sociedad está harta de las peleas y del enfrentamiento pero entiende que, en general, suscribe las líneas del gobierno.

Y puede no faltarle la razón al intendente. El pequeño detalle que él y, evidentemente, la gente que piensa así no están advirtiendo es que una cosa no es posible sin la otra: este tipo de personas, las peleas, la agresión y el atropello son la consecuencia irascible y necesaria de una línea de gobierno. La continuidad de esa línea generará las mismas consecuencias que las que Massa supone -no sin razón- tienen hastiada a la gente.

Continuar leyendo