Macri en Davos

Ayer el presidente Mauricio Macri inició su viaje al Foro Económico Mundial de Davos con una amplia agenda que comprende presidentes, vicepresidentes, primeros ministros, CEOs, y hasta la reina Máxima de Holanda. El Presidente viaja acompañado por Sergio Massa, en representación de la oposición.

Está claro que la importancia del viaje radica en un costado inasible de los acontecimientos, como son los símbolos. Porque, efectivamente, el aspecto más relevante del viaje no son los resultados concretos con que pueda volverse Macri, sino la señal que el Gobierno argentino está enviando tanto interna como externamente.

Luego de doce años de cautiverio paleolítico, en donde se confundió la política exterior del país con la temática de las asambleas de estudiantes universitarios (y a veces ni siquiera universitarios), años en que el Gobierno kirchnerista afilió al país junto a una caterva de autocracias (cuando no directamente a totalitarismos puros y simples) con la idea de que eso era revolucionario y que era una manera de mojarles la oreja a los poderosos, que, supuestamente, se iban a alarmar por las compañías que estaba echando la Argentina, el país regresa a una mesa a la que se sientan las democracias del mundo y los países líderes en calidad de vida y desarrollo humano. Por supuesto que a nadie le interesaron las divagaciones del país durante aquellos años y simplemente le soltaron la mano, como aquellos que dejan a los locos hablando solos. Continuar leyendo

Frente a campañas incomprensibles

Vincent Price se hizo famoso por una risita macabra con la que decoraba algunas películas de suspenso y terror. Se trataba de una mezcla de goce y perversión que el actor transformó en su marca registrada.

Algo parecido debe estar ensayando Daniel Scioli al ver el espectáculo que ofrecen Mauricio Macri y Sergio Massa desgarrándose votos que sólo serían útiles para ganarle a él.

El ex intendente de Tigre acaba de desafiar al candidato de Cambiemos a un debate cara a cara por el segundo puesto, mientras que el líder del PRO ha pedido a la ciudadanía no despilfarrar su voto y concentrarlo en su propuesta para asegurarse un lugar en la segunda vuelta.

Si Scioli gana en estas condiciones, sería un caso de estudio en donde un candidato se impondría casi con nada, debiéndoles casi todo su triunfo a sus contrincantes.

En efecto, Scioli carece de una propuesta atrayente. Su discurso es una ensalada de kirchnerismo culposo y contradictorio. En el mejor de los casos, sus fórmulas parecen bien lejanas de lo que el país necesita en este momento del mundo.

El gobernador aún cree que su fórmula mágica de amor y paz todo lo puede. Pero hoy en día hay ciertos rigores técnicos de los que no se puede escapar y en los que él y su equipo no parecen querer meterse. Continuar leyendo

Un acierto de Macri

Luego del debate en la Facultad de Derecho, fueron numerosas las críticas por este primer ensayo que para muchos resultó insustancioso y hasta aburrido. En gran medida porque algunos de los temas planteados no tuvieron respuesta.

Sin embargo, en los días posteriores y respecto de uno de esos temas, Mauricio Macri tuvo un acierto destacable. Me refiero a la integración de la Corte Suprema de Justicia y al nombramiento de los jueces para los sillones vacantes.

El candidato de Cambiemos, luego de conversar el tema con su equipo de justicia liderado por Ernesto Sanz, en un reportaje propuso a dos constitucionalistas para esos lugares.

Macri explicó que la Corte es el último escalón de defensa de la Constitución, de los derechos civiles y de las garantías individuales de los ciudadanos. Allí debe haber especialistas en la materia, porque nadie mejor que ellos para cancelar la aplicación de leyes, decretos o resoluciones que violen su letra o su espíritu. Así se podrá anteponer la supremacía de la ley fundamental y del derecho individual por sobre las pretensiones del poder y del Estado.

En efecto, si uno se pone a pensar cómo está integrada actualmente la Corte (y en general cómo históricamente se integró), nota que los constitucionalistas son una minoría (o directamente una incomprensible ausencia). Continuar leyendo

Argentina debatió

Finalmente Argentina tuvo un debate presidencial. Cinco de los seis candidatos a la Presidencia se presentaron en la Facultad de Derecho y completaron la primera experiencia del país en esta materia.

Sin embargo, la ausencia de Daniel Scioli, además de injustificada, privó al encuentro de las características de un verdadero debate.

En efecto, todos quienes estaban allí tenían posturas contrarias al rumbo que el país tiene bajo el kirchnerismo y la real gracia de la cuestión hubiera consistido en enfrentar, justamente, las posiciones de defensa y ataque al modelo actual.

El gobernador de Buenos Aires dio una malísima señal al ausentarse. Se sabe que su presencia no fue “autorizada” por la plana mayor del Gobierno, esto es, por la señora de Kirchner. Obedeciendo esas órdenes Scioli reafirma las dudas que pesan sobre su real capacidad de mando y sobre su verdadero nivel de autonomía. Aunque al no ir al debate haya evitado que le hicieran preguntas como esa, no pudo impedir que su atril vacío fuera una especie de confirmación de las sospechas.

El experimento debe mejorarse, no caben dudas de eso. Los candidatos aparecían como recitando su “cuentito” en los dos minutos que tenían y, al estar vedadas las repreguntas, no se podían profundizar las posiciones. Continuar leyendo

Setenta y cinco días históricos

Desde el lunes parece que todos nos hemos convertido en arquitectos o en constructores: todos hablamos de “techos” y “pisos” tratando de resumir en esas palabras las futuras posibilidades de los candidatos más votados en las PASO.

Han quedado seis finalistas, dos con chances claras, uno que tercia en esa discusión y tres que no tienen ninguna posibilidad.

La primera pregunta es qué ocurrirá con estos últimos ¿mantendrán sus candidaturas o las bajarán? Entre los tres reúnen algo así como el 9% de los votos. No parece que Nicolás Del Caño vaya a tomar esa decisión porque representa un sector bien definido que necesita tener un candidato propio. Pero Adolfo Rodríguez Saá y Margarita Stolbizer, en función de determinados fines, podrían hacerlo. Estamos hablando del 6% de los votos. 

Otro interrogante es saber qué pasó con la gente que no fue a votar que fue un porcentaje más alto que lo normal. Allí hay 30% del padrón.  Continuar leyendo

Unas PASO singulares y contradictorias

Las elecciones PASO que hoy se llevan a cabo en todo el país han concitado, obviamente el interés de todos. Se trata del primer eslabón en la carrera hacia la Presidencia. Y como no podía ser de otra manera, el evento está rodeado de las infaltables curiosidades argentinas, que muchas veces tiñen de modo particular lo que serían los compromisos electorales equivalentes en otros países.

En efecto, a este turno de votación se lo llama “primarias” (nombre tomado a todas luces de la tradición americana de las “primaries”), dando la impresión, para el que no lo sabe (un extranjero, por ejemplo), de que los partidos eligen sus candidatos internamente. Pero la singularidad argentina ha inventado otra cosa.

Aquí hay partidos que no dirimen nada, que no eligen candidatos, que no resuelven, en suma, ninguna interna, ninguna primaria, sencillamente porque concurren a la elección con un solo candidato. En honor a la verdad esos partidos no deberían participar de las PASO. Si quieren movilizar a todos los ciudadanos para que dediquen un domingo de su vida a ir a elegir candidatos obligatoriamente, de partidos que no son los suyos, por lo menos que los hagan ir para seleccionar entre más de una alternativa. De lo contario, el ciudadano no está votando en una interna, sino en una externa. Continuar leyendo

Cuenta regresiva

El reloj de la cuenta regresiva se ha puesto en marcha de manera inexorable. Ya no es un simple recurso publicitario de campaña, sino que han comenzado a correr plazos legales para el calendario. 

¡Las leyes! Aunque a veces parezca mentira estamos gobernados por ellas y, por encima de la voluntad de algunos que aspiran a colocarse fuera de su alcance, son las leyes las que dominan el calendario y las formalidades. 

En la Capital en poco más de un mes se votará en las PASO para decidir los candidatos finales a la elección del 5 de julio. Y es en la Capital en donde también han comenzado a tener principio de ejecución algunas conductas que, hasta ahora, eran simples especulaciones. Continuar leyendo

Zonceras que atrasan

Tres hechos, que parecen no estar conectados, tienen sin embargo algunos denominadores comunes, impensados si uno los mirara aisladamente.

En primer lugar surge, obviamente, el encuentro que protagonizaron la Presidente y el Jefe de Gobierno al dejar abierto el último kilómetro y medio de autopista Illia Norte que termina de conectar el centro porteño con la Gral Paz.

Con unas palabras que uno no sabe bien cómo interpretar la Presidente pidió “no mirar hacia atrás” y “celebrar el hecho de que el trabajo en conjunto y el sentido común permitan resolver problemas…” ¡Pero si eso era lo que medio mundo le ha venido diciendo los últimos ocho años!

Ese tramo de camino no podía completarse porque para hacerlo había que correr veinte metros hacia el Este un alambrado perimetral del aeropuerto Jorge Newbery y la Señora de Kirchner se negó persistentemente a hacerlo impidiéndole a millones de personas un tránsito más fluido y al país un enorme ahorro de combustible.

La presidente con la misma naturalidad habló de la “civilización” política que conlleva el hecho de poder hablar con representantes de otras ideas políticas sin que ello signifique un hito nacional. Pero, una vez más, ha sido ella y el gobierno que ella preside el que se encargó de trasmitir una idea monopólica del pensamiento según la cual sólo el gobierno defiende a los argentinos, solo los que piensan como el gobierno son argentinos y solo el kirchnerismo está en condiciones de interpretar el sentir de los argentinos.

Más allá de que en todo caso debe darse la bienvenida a este cambio, uno debe preguntarse hasta dónde es completamente real. La duda la alimenta justamente el otro caso que merece comentario y que encuentra precisamente aquí su punto de contacto con el episodio de la autopista.

Ayer fue designado en el área del ministerio de Cultura, que ahora preside Teresa Parodi, el llamado “intelectual” Ricardo Forster, uno de los integrantes más salientes de Carta Abierta. Su secretaría será la de la “coordinación estratégica del pensamiento nacional…” ¡¿Qué cosa!? “La coordinación estratégica del pensamiento nacional”.

¿Pero qué diablos es el “pensamiento nacional”?, ¿desde cuándo algo tan absoluta y definitivamente individual como el pensamiento puede transformarse en “nacional”?, ¿cuál de los pensamientos que tienen los millones de argentinos en su condición de ciudadanos libres, será elevado a la categoría de pensamiento nacional?, ¿con qué criterio?, ¿por qué el de Juan y no el de Pedro?, ¿qué significa intentar “coordinar estratégicamente” el pensamiento?, ¿acaso suprimir alguno y privilegiar otros?, ¿y por qué eso debería hacerlo Ricardo Forster?, ¿quién es Ricardo Forster más que Juan Perez?

La Presidente, en la autopista, decía que no había que mirar hacia atrás. ¿Y qué cosa sino “mirar hacia atrás” es volver sobre conceptos de los años ’40 que el mundo dejó atrás por fascistas, por manipuladores de la verdad y por censores del pensamiento libre?

Esta zoncera jauretchiana del “pensamiento nacional” es una mordaza a la libre expresión, es un escrache al desafío; es una policía intelectual. 

También respecto de esto medio país le viene diciendo a la Presidente, a sus laderos de Carta Abierta y a sus ubicuos de La Cámpora que esas son cuestiones que deben terminar en un país pretendidamente moderno como la Argentina. Igual que con la apelación al sentido común, a los principios de la civilización política y a la idea de resolver problemas de la gente común, nadie puede arrogarse la representación del “pensamiento nacional” porque eso supone necesariamente la aplicación de un criterio de selección (encarnado por un “seleccionador”) según el cual lo que opinen determinadas personas tendrá las salvaguardas del poder y lo que opinen otras tendrá la censura, la inequidad y, eventualmente, las persecuciones del poder.

Y, finalmente, la última cuestión aparentemente desconectada de estas dos pero a la que se le puede anotar un denominador común con ellas, es una publicación, justamente de La Cámpora, que en su último número publica un dibujo de Sergio Massa delante de una bandera norteamericana con la frase “vengo a proponerles un dueño”. Pero, ¿se puede ser tan estúpido?, ¿se puede seguir con esta payasada de los “agentes nacionales del imperialismo yanqui”?, ¿se puede seguir mirando -justamente- tan “atrás”?

Mientras los argentinos seguimos colgados de estas banderas que ya no le mueven un pelo a nadie, el mundo avanza y nos deja tristemente atrás. Rodeados de nuestros problemas de creciente inseguridad, narcotráfico, inflación, aislamiento, perdida de empleo. Todos van resolviendo sus problemas y nosotros seguimos atados a rocas atávicas que nos hunden en el fondo del mar.

Por más que la Presidente en un acto aislado le haga restregar los oídos a todo el mundo para asegurarse de que uno está escuchando bien lo que está escuchando, lo que valen son los actos de todos los días. La Señora de Kirchner podrá decir, trepada a una ruta en medio de una soleada tarde de Buenos Aires, que no hay que “mirar para atrás” y que “hay que actuar civilizadamente y con sentido común”, pero si luego se establecen secretarías desde donde se “coordinará estratégicamente el pensamiento nacional” o se pretende transmitir la idea de que el país puede vivir aislado y en la vereda de enfrente de la principal potencia de la Tierra, de nada valdrán los discursos de ocasión.

Es hora de que el espíritu de las palabras presidenciales se haga carne en el pensamiento presidencial y que luego ese pensamiento se transforme en acción. Es posible que así los otros que viven solo para chupar las medias de los poderosos, pretendiendo ser más papistas que el Papa, también se sumerjan en una increíble pero saludable y esperada metamorfosis. De no ser así, las palabras de la presidente solo habrán alcanzado para salir del paso y cumplir con la burocracia de inaugurar un tramo de un camino que será solo de asfalto, en lugar de ser de progreso, de crecimiento y de armonía.

El comunismo como enfermedad del alma

Desde que Thomas Jefferson escribió “nosotros el pueblo de los EEUU [...] sostenemos estas verdades como autoevidentes: que todo los hombres han sido creados iguales y que tienen derecho a la vida, a la libertad y a la búsqueda de su felicidad” han pasado 237 años.

El mundo ha conocido desde allí muchas ideas e incluso muchos experimentos extravagantes que costaron tragedias y millones de vidas. Pero nadie, hasta ahora, había estatizado la felicidad.

Sin embargo desde la semana pasada ese hito ha sido alcanzado: el hombre que habla con los pájaros, el impresentable presidente Nicolás Maduro, ha creado en Caracas el Viceministerio de la Felicidad Suprema.

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Las PASO y el corazón común

Las elecciones primarias han convocado muy poco interés ciudadano. Casi la mitad de los argentinos no saben qué se vota, ni que se elige, ni para que sirven; llegarán a las urnas con una alegre inconsciencia.

Se trata de la consecuencia de una doble causa: la explosión natural del sistema de partidos que provocó la crisis del 2001 y la profundización adrede que el gobierno ha buscado de esa circunstancia.

Desde que Duhalde suspendió las elecciones internas previas a las elecciones anticipadas del 11 de marzo del 2003, el peronismo decidió trasladarle sus propias guerras a la sociedad. El partido ya no arregla dentro de sus propias fronteras los que le sucede internamente sino que exporta esas batallas por fuera de sus límites obligando a la ciudadanía a inmiscuirse en sus entuertos.

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