Por: Carlos Regazzoni
Uno de cada tres huéspedes alojados regularmente en el conjunto de los hoteles de Shanghai es un maestro de escuela de las provincias del interior de China, que acuden a esta ciudad por cursos de perfeccionamiento docente. El dato nos fue provisto durante nuestra visita a la Comisión de Educación de Shanghai (órgano rector de todo su sistema educativo) y basta como expresión de los efectos de la revolución que allí se está produciendo.
El sistema educativo de Shanghai es hoy en día uno de los más poderosos de China y del mundo entero. La ciudad, con casi 24 millones de habitantes, tiene una tasa de enrolamiento escolar del 99,9%, similar a la tasa de compleción de la educación básica obligatoria de 9 años de China; allí la deserción escolar es prácticamente nula. La ciudad posee casi 1,8 millones de alumnos en sus niveles inicial, primario, y secundario, a lo que se deben agregar casi 500.000 alumnos en universidades. Shanghai cuenta además con programas de educación superior para adultos mayores, escuelas técnicas, y de oficios. Respecto de la calidad de su educación, en las evaluaciones internacionales la ciudad, rankea entre los primeros puestos, comparable a Japón y Corea del Sur. Para la Comisión de Educación, la política educativa de mayor impacto, ha sido y continúa siendo, el trabajo permanente en el mejoramiento de la calidad del maestro que se encuentra frente al aula.
Para desarrollar un cuerpo docente de primera línea, los miembros de la Comisión de Educación destacaron tres políticas específicas: la primera ha sido un programa para reclutar de entre los mejores talentos universitarios, a los futuros maestros; la segunda medida ha sido la innovación en el sistema de entrenamiento de los futuros docentes, basado en prácticas y ensayos adquiridos frente a sus pares y previo a toda experiencia directamente escolar; la tercer línea de acción en el proceso de mejoramiento de la calidad docente ha sido un programa de recertificaciones cada cinco años basado en períodos de entrenamiento y rendición de estándares de calidad. Por otro lado se ha fortalecido todo un sistema de actualización y mejoramiento de habilidades pedagógicas para los maestros en actividad, además de identificar e incentivar sistemáticamente los mejores talentos docentes.
Los logros educativos de la ciudad han sido tan extraordinarios que la experiencia atrae a maestros de escuela de toda China (y del mundo), quienes acuden a Shanghai a tomar cursos y seminarios. Esto explica parte de su demanda de capacidad hotelera, lo que constituye un extraño “fenómeno turístico” (si se nos permite analogía) que más de un país quisiera tener.