Por: Claudia Peiró
En el año 2005, el músico irlandés Bono, líder de la banda U2, explicó su fe en Cristo en unos términos impactantes, sobre todo porque iban en contra de lo políticamente correcto, o de lo “razonable”, como diría Jorge Bergoglio. Leídas hoy, sorprenden por su identidad con el mensaje papal.
“No tengo una idea hippie de Cristo”, dijo en aquella oportunidad Bono, en conversación con el periodista Michka Assayas, para el libro, Bono on Bono. “Me refugio en la Gracia y acepto que Jesús tomó mis pecados sobre la cruz”.
Pero antes de recordar todo lo que dijo el artista, quiero ir al primer mensaje de Bergoglio como Papa. A los cardenales reunidos en la Capilla Sixtina, el día siguiente de su designación, Francisco les dijo que si la Iglesia no predicaba a Cristo sería simplemente una ONG piadosa. En aquel momento, la prensa extranjera, para la que Bergoglio era un misterio, alguien por conocer, se mostró mucho más impactada por sus palabras que los medios locales, que casi no se notificaron de su sentido.
Mensaje “drástico”, “radicalidad evangélica”, “tremenda” frase; fueron algunos de los comentarios en el exterior. ¿Qué había dicho el Papa? Citando al escritor francés Léon Bloy, advirtió: “El que no ora al Señor, ora al diablo, y cuando no confesamos a Jesucristo, confesamos la mundanidad del diablo, del demonio. Si no confesamos a Jesucristo, nos convertiremos en una ONG piadosa, pero no en Iglesia”.
Y más de dos meses después, el viernes pasado, el Papa explicó qué es confesar a Jesucristo, cuando pidió a los cristianos no tener vergüenza de vivir con “el escándalo de la Cruz”. Jesús no escandalizó por sus obras, sus palabras o sus milagros, sino porque afirmó ser Hijo de Dios, explicó el Papa. “Esto es lo que no se tolera, el demonio no lo tolera”, agregó. “La Iglesia confiesa que Jesús es el Hijo de Dios hecho carne: ése es el escándalo”.
“Cuántas veces escuchamos: ‘Sean un poco más normales, como los demás, no sean tan rígidos, sean razonables’. Pero -advirtió- detrás de eso está: ‘¡No nos vengan con historias, con que Dios se hizo hombre!’ Podemos hacer todas las obras sociales que queramos, y dirán: ‘¡Qué bien la Iglesia, qué buena tarea social hace!’ Pero si decimos que hacemos esto porque estas personas son la carne de Dios, viene el escándalo”.
La fe de Bono
En aquella entrevista de 2005, Bono se había manifestado católico, de un modo que también podríamos llamar radical: “No tengo una visión hippie de Cristo. Me refugio en la Gracia y acepto que Jesús tomó mis pecados sobre la cruz”, dijo y se explayó sobre la diferencia entre el cristianismo y las demás religiones: “Estoy sinceramente convencido de que hemos salido del reino del karma para entrar en el de la gracia”.
“En el centro de todas las religiones está la idea del karma, explicó Bono. Ya sabes, todo lo que haces te vuelve a ti; ojo por ojo, diente por diente, o en física –en las leyes físicas– cada acción encuentra otra igual u opuesta. Entonces llega esta idea llamada gracia que acaba con todo esto”.
“No es que excuse mis errores, pero yo me acojo a la gracia. Me acojo a que Jesús tomó mis pecados sobre la cruz (…). Él tomó los pecados del mundo (…). No son nuestras buenas obras las que nos abren las puertas del cielo», afirmó.
Su entrevistador, Assayas, replicó entonces con argumentos parecidos a los que citaba Bergoglio (sean razonables): “Una esperanza tan grande es maravillosa, aunque esté cercana a la demencia”, le dice y le pregunta: “Cristo tiene su lugar entre los grandes pensadores del mundo. Pero, eso de ‘Hijo de Dios’ ¿no es difícil de creer?”
Y responde Bono: “Verás, la respuesta laica a la historia del Cristo siempre dice algo así: ‘Era un gran profeta, obviamente un tipo muy interesante, tenía mucho que decir, en la línea de otros profetas, sean Elías, Mahoma, Buda o Confucio’. Pero la realidad es que Cristo no te permite decir esto. No te deja salir por ahí. Cristo dice: ‘no me llaméis maestro, ni estoy diciendo soy un profeta, sino soy el Mesías’. ‘Yo soy Dios encarnado’”.
Sigue Bono: “Y la gente dice: ‘por Dios, intenta ser sólo un profeta. Un profeta es algo aceptable. Sólo eres un poco excéntrico ¡Si ya estaba Juan el Bautista, que comía hierbas y saltamontes! Pero por favor, no digas esa palabra con la M…’ Pero Cristo responde: ‘Lo siento, soy de verdad el Mesías’. Así que lo que te queda es, o Cristo era quien decía que era –el Mesías– o era un completo chiflado, (que) se puso una tira en la frente que decía ‘rey de los judíos’ y subió a la cruz buscando el martirio… No bromeo, Michka. La idea de que el curso de la civilización ha cambiado, que se ha vuelto del revés, debido a un chiflado… para mí, eso sí que es difícil de creer’”.
La moda del Jesús “histórico”
Mucha gente, sin ser religiosa, admira a Jesucristo, valora su mensaje, o partes de él. Considera superstición o mito el que haya hecho milagros y no cree en su resurrección, pero “rescata” su ejemplo, su sacrificio. Hasta diría que está de moda y es de buen tono rescatar al Jesús “histórico”.
Fe y razón no son ciento por ciento antagónicas, ya lo explicó Juan Pablo II en una célebre homilía. Pero hay una parte de la fe que la razón no puede explicar –como no puede explicar la causa última o primera de todas las cosas-, porque la fe es revelación, es un don. Se tiene o no se tiene. Hay quien la tiene y no lo sabe, o no lo admite, porque su razón se lo impide. A la inversa, hay quien dice tenerla pero su racionalismo lo ha instalado en la duda.
Una vez supe de un teólogo que, quizá para quedar bien, explicó que el milagro de la multiplicación de los panes y los peces en realidad no fue tal: simplemente Jesús hizo que quienes tenían alimentos los pusieran en común y al repartirlos alcanzó para todos. O sea que Jesús en realidad era un precursor del comunismo. Este es un ejemplo de la mirada secular hacia Cristo que mencionó Bono. Desde ya que en la Biblia hay mucho lenguaje simbólico, pero si, como dicen el músico y el Papa, se niega la naturaleza divina de Jesús, se está hablando de otra cosa, y no de lo que dice el Evangelio.
En fin, la coincidencia entre las palabras de Bergoglio y las de Bono es extremadamente interesante. Cierro mi comentario con esta frase del músico, que casi parece un credo:
A diferencia de las leyes del Karma donde todo lo que hagas debes pagarlo, Dios vino a la tierra y murió para pagar todos nuestros errores. Al creer esto estaremos aceptando que Dios nos regala la salvación. Esto es lo que se denomina la Gracia del Señor y Jesucristo fue el único que lo hizo.