Por: Claudio Zin
Sí, señores hay que agradecer. No olvidemos que, en el año 2011, la por entonces Presidente del Banco Central le propuso a la presidente Cristina Kirchner imponer el cepo al drenaje de dólares para preservar las reservas y “salvar” la economía.
Entre las restricciones se incluyó el pago de las jubilaciones y las pensiones provenientes del exterior y pagaderas en suelo argentino para que se hicieran en moneda local al valor del mercado oficial y se “preservaran” esos euros en el Tesoro.
Mercedes Marcó del Pont nunca me recibió, a pesar de haber solicitado por distintas vías audiencia como representante, primero y luego como senador de la comunidad italiana.
Sólo quería decirle que mis jubilados italianos que cobran en Argentina sus jubilaciones y sus pensiones italianas (convenio firmado en 1982-1983 por ambos Gobiernos) lo hacían hasta ese momento en euros y, a partir de esa medida, en pesos al cambio oficial. Desde ese momento los (por entonces) 34 mil jubilados-pensionados italianos que vivían en Argentina perdieron poder adquisitivo hasta llegar a cifras casi irrisorias (cuando la diferencia entre oficial y paralelo fue de casi el cincuenta por ciento), y más que irrisorias, por debajo de la línea de subsistencia.
Marcó del Pont nunca me recibió y solamente quería verla para explicarle que estaba cometiendo una injusticia, que los viejos italianos necesitaban ese dinero, que no lo querían para atesorar, lo necesitaban para sobrevivir, en muchos casos, para pagar los medicamentos que les permitieran sobrevivir casi decorosamente y que el PAMI no cubría en algunas franjas; o regalarles a los nietos, o hacer con esos “euritos” lo que quisieran, como ocurre en la mayor parte de los países de este mundo occidental y judeocristiano con los jubilados.
Marcó del Pont, responsable de esta medida y no Guillermo Moreno, como muchos pensaron, nunca me recibió. No pude contarle que la gente que me había votado para, entre otras cosas, modificar esta absurda medida que los perjudicaba debería recurrir uno por uno a la Justicia para que se hiciera precisamente eso, justicia, con sus magras pensiones y lograr que finalmente cobraran en euros y no en pesos, tal como correspondía.
Eso ocurrió en muchos casos, por cierto, y la Justicia, luego de algunas dudas sobre el fuero de competencia, dio sistemáticamente la razón a los jubilados-pensionados que recurrían a esta alternativa. Tenían razón los que reclamaban, lo que ocurría con ellos no era justo. No todos pudieron hacerlo, pagar abogados, llegar a ellos, etcétera.
Quería explicarles que el Gobierno italiano gira todos los meses millones de euros al Tesoro argentino para que pague a sus jubilados y esto no ocurría: les pagaban en pesos al cambio oficial, único reconocido. Nunca lo logré.
Pero esto ya es historia, afortunadamente para los jubilados que hoy disminuyeron a 30 mil, por razones biológicas, esta estúpida y arbitraria intromisión en sus haberes recién pudo ser corregida por el buen sentido común de este Gobierno. Gracias, en nombre de los jubilados italianos, gracias. Tarea cumplida.
Cuando, tiempo atrás, le pedimos al ahora presidente Mauricio Macri, por entonces candidato, su opinión sobre este tema, respondió de inmediato que corregiría lo antes posible esta injusticia. Lo prometió, lo hizo.
No les voy a pedir que repongan a Cristóbal Colón en el lugar que le corresponde por historia y legado, porque no quiero mezclar cosas, que no deben ser mezcladas, simplemente por eso.