Menos peso en la región

Daniel Sticco

Las últimas proyecciones de la CEPAL confirmaron que la Argentina perdió gravitación en la generación de riqueza en América Latina y seguirá retrocediendo un poco más el año próximo.

A menudo se destaca que “el mundo se nos cayó encima”, para justificar la brusca desaceleración de la actividad económica entre 2011 y 2012, agravada por el efecto de la sequía agrícola que diezmó la última cosecha de soja.

Sin embargo, frente a una disminución de la tasa de crecimiento del conjunto de la región de menos de dos puntos porcentuales el organismo con sede en Chile calculó que en el caso argentino la pérdida de impulso fue de 6,7 puntos porcentuales.

El caso más cercano, y único, fue el de Paraguay con el retroceso de 6,2 pp, pero a diferencia de la Argentina, donde la CEPAL calculó un impulso de 1,7 puntos porcentuales para 2013, proyecta para ese país una reactivación de 8,5%, es decir, una aceleración de más de 10 puntos porcentuales en sólo un año.

Y si bien en términos relativos la esperada tonificación del crecimiento el año próximo sólo será superada, además de por Paraguay, por Brasil y Haití, en términos absolutos el ritmo de aumento de la generación de riqueza se ubicará por debajo de la calculada para 10 de los 21 países de América Latina, excluidos los del Caribe.

Balance anual

El equipo económico y la propia Presidente de la Nación deberían plantearse qué pasó en estos doce meses para mostrar un desempeño claramente inferior al que tuvieron los vecinos.

Sin duda que no se trata sólo del agotamiento de un modelo que, como dicen algunos economistas, requiere de un service, sino que junto a ello aparecieron innovaciones de política que operaron en contra de los postulados buscados.

Las metas eran promover la inclusión social, sustituir importaciones con más producción nacional, alentar la inversión con créditos productivos, reactivar la construcción de viviendas para reducir el déficit habitacional, cancelar deuda pública para liberar fondos para la actividad privada, etc.

Pero las propias estadísticas oficiales muestran semana a semana cómo ahora la economía destruye empleos y sube el desempleo.

El consumo interno, tanto público como privado, dejó de crecer a tasas chinas. En el primer caso por la licuación de los ingresos con la suba de los precios y el recorte de las promociones con descuentos y en el segundo por claras deficiencias de caja, más en las provincias que en la Nación.

Incluso, el Plan de Viviendas mostró en noviembre aceleración de la finalizaciones de obras para dar soluciones habitacionales, pero curiosamente disminuyeron las que están en ejecución y más aún las que se están por iniciar.

Ese contexto derivó en la pérdida de vitalidad de la inversión privada, más allá de los anuncios de emprendimientos aislados para sustituir importaciones, porque hasta ahora el resultado neto es negativo.

Más solos en el planeta
Para peor, la política de enfrentarse al mundo por represalias comerciales que lucen insignificantes respecto de las que impone la Argentina han llevado a ser virtualmente borrados de la listas de países elegibles para celebrar acuerdos de intercambio y de destino de inversiones extranjeras directas.

De ahí que, pese a ser uno de los países favorecidos por la suba de los precios internacionales de los productos que más exporta, el año termina siendo contractivo en términos de participación en el PBI de América Latina y las perspectivas para 2013 indican un nuevo retroceso, pese a la esperada recuperación de la cosecha de soja y de la reactivación de Brasil.

Respecto de 2011 hacia 2013 acusarán mejor desempeño que la Argentina, en los cálculos de Cepal, Bolivia,Chile, Colombia, Costa Rica, Cuba, Ecuador, Guatemala, Haití, Honduras, México, Nicaragua, Panamá, Perú, República Dominicana, Uruguay y también Venezuela.

La alta capacidad ociosa en la industria, en la banca y ahora en el mercado de trabajo y la construcción, podría responder rápidamente a políticas efectivas de estímulo, las cuales implicarían un giro de 180 grados respecto de lo hecho en este año.

Del Gobierno depende tomar nota de los aciertos y desaciertos de estos doce meses, para poder capitalizar otro de año de bonanza para el conjunto de las economías emergentes de América Latina, con revitalización del empleo y la mejora genuina de la calidad de vida del conjunto de los argentinos.