Por: Darío Epstein
Desde el momento en que la acción de Apple (AAPL) superó los US$ 700, la comunidad financiera mundial comenzó a preguntarse cómo haría la compañía para mantener su tasa de crecimiento de la facturación y de las ganancias. Las señales de alarma sonaron hace ya un año y las sospechas se hicieron realidad.
La facturación sigue creciendo, pero ya no como antes: en el ejercicio cerrado al 29 de septiembre de este año fue de 9%, cuando en los tres años anteriores promedió 54%. Se espera que dicha tasa siga en baja hasta 6% en 2015.
La posición de efectivo no hace más que aumentar para la empresa y el problema no es su solvencia, sino mantener su tasa de rentabilidad, erosionada en 2013, período fiscal en el que cayó 105 año contra año.
Se espera que la rentabilidad se recupere 10% en cada uno de los dos próximos años de la mano de algunos acuerdos que han dado qué hablar en las últimas semanas, como el anuncio hecho de sus planes en China. Hace años que Apple coquetea con su presencia directa en la segunda economía mundial para conquistar a los clientes reticentes en el país con el mayor número de habitantes del mundo, pero hasta ahora no había llegado nunca a un acuerdo formal con ninguna empresa para la venta directa de sus equipos con planes. En China el 90% de las compras nuevas de teléfonos móviles son smarthphones, compitiendo directamente con Samsung por una porción de ese mercado tan deseado.
Llegó finalmente a un acuerdo para vender el iPhone a través de China Mobile (CHL), dándole acceso a 763 millones de abonados.
El smartphone ya es un artículo de consumo en China con 40 millones de clientes de China Mobile que ya utilizan iPhones desbloqueados en la red. Pero las estimaciones están lejos de ser tan optimistas como uno podría esperar: la cuota de Apple en el mercado chino de smartphones sólo aumentaría dos puntos porcentuales a 8% según algunos brokers.
Apple deberá lidiar con la limitada implementación de la red de alta velocidad de China Mobile, la escasez de aplicaciones en comparación con otros móviles y la poca cantidad de locales a la calle donde Apple deberá hacer allí una importante inversión. Pero el mayor reto reside en otra parte: a pesar de haber lanzado un teléfono “económico”, el nuevo iPhone 5c sigue siendo demasiado caro para la mayoría de los clientes de un país en donde los competidores ofrecen teléfonos más baratos: el precio supera lo que la mayor parte de la población china puede pagar. En China los operadores no subsidian los equipos y la versión barata del iPhone cuesta 4,888 yuanes (733 dólares).
En el año fiscal que terminó en septiembre, la compañía generó 27 mil millones en ventas en la “Gran China”: solamente Hong Kong y Taiwán, 14% más que un año antes.
El iPhone estará disponible en las tiendas de China Mobile a partir del 17 de enero. El reto es importante y la apuesta aún más: si logra conquistar apenas el 2% de los clientes de China Mobile, vendería alrededor de 20 millones de iPhones. ¿Podrá la acción de Apple superar los US$ 700? Esta noticia por sí sola no basta y el impulso a sus ingresos deberán encontrar otra fuente de alimentación a futuro.
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