Batacazo de la izquierda: Salta la troska

Diego Rojas

¿Y qué si un día los trotskistas argentinos, y muy especialmente los salteños, consideraran que su acción política les permitió capturar una porción de futuro en sus manos hacendosas? ¿Qué pasaría si en una provincia, digamos Salta, esos trotskistas ganaran las elecciones a los kirchneristas y peronistas de todo tipo en su distrito capital, que reúne a la mitad de la población de tal provincia? ¿Qué se diría si el triunfo fuera tan grande que en esa capital de aquella provincia, pongamos una vez más Salta, pasaran a conformar la primera minoría de los miembros del Concejo Deliberante, ganaran varios diputados para su parlamento provincial y hasta la senadora por el distrito? No son suposiciones. Tales son los acontecimientos que fueron vividos el domingo 10 de noviembre. Y sí, ocurrieron en la provincia norteña de Salta, conmovida por el batacazo electoral del Partido Obrero, que representa en esa provincia al Frente de Izquierda.

La magnitud de estos resultados electorales es histórica. Plantea en la provincia al Partido Obrero como una oposición socialista tanto al kirchnerismo como a las otras variantes del peronismo (la del menemista Juan Carlos Romero o la del derechista Alfredo Olmedo, por ejemplo). La victoria izquierdista en la capital provincial (que implica el ingreso de Gabriela Cerrano al Senado, el de cinco diputados locales y concejales del PO en los distritos de Orán, Tartagal, Metán, Hipólito Irigoyen, Colonia Santa Rosa, San Lorenzo) se produce en una tierra atravesada en el tiempo por gobiernos de su oligarquía (el mismo gobernador kirchnerista Juan Manuel Urtubey, miembro del Opus Dei, pertenece a una de esas familias tradicionales) y ligados a la defensa de los intereses de negocios agrícolas y empresariales. Las fracciones políticas derrotadas habían realizado una campaña macartista en la que llegaron a sacar incluso volantes apócrifos, mientras que la Iglesia católica también participaba de la campaña oscurantista contra el derecho a la legalización del aborto, reclamado por el PO. Nada de esto bastó. Es posible señalar que, en Salta, hay una senadora, diputados y concejales de los trabajadores.

(Una digresión: la agencia estatal de noticias Télam, dirigida por representantes del kirchnerismo, actuó tal como el gobernador Urtubey, que minimizó su derrota en el mayor distrito provincial y remarcó que mantenían la mayoría en el parlamento. Una copia del discurso oficial frente a la derrota en las recientes legislativas)

La euforia en la sede del PO era notoria. En medio del clima de festejo, el diputado provincial Claudio del Pla señaló que la votación “es triunfo de una agenda popular contra el ajuste, los impuestazos y una serie de batallas políticas de la que el Partido Obrero fue protagonista.

-¿Qué relación tienen estos resultados con el ingreso de diputados del Frente de Izquierda al Congreso nacional?

-Esta elección confirma un giro de alcance nacional. Se trata de la construcción de una oposición de contenido anticapitalista al kirchnerismo. Espero que estos resultados sean un impulso.

La relación de la elección salteña con el crecimiento más general del Frente de Izquierda se demuestra en que Jorge Altamira, dirigente nacional de esa fuerza, recorrió la provincia de sur a norte los últimos días de campaña, cerrando los actos en Metán, Mosconi, Tartagal, Embarcación y Salta capital. Altamira es uno de los fundadores del PO, hecho producido hace varias décadas. Los trotskistas siempre mantuvieron lugares políticos marginales, salvo en contadas oportunidades en la historia mundial, a pesar de su innegable coherencia y su arrojo en las luchas de la clase trabajadora. ¿Cómo sentirá el líder de la agrupación que hoy protagoniza un tembladeral en Salta estos resultados? “Nunca dudé de que lo que está ocurriendo se produciría -dice Altamira-. Siempre tuve la convicción de que íbamos a llegar a este desarrollo y ahora nos aplicaremos metódicamente a seguir desarrollándonos para concluir con nuestras tareas. Con método, no con voluntarismo. Porque éste no es un resultado casual. Hemos seguido el método de atravesar una experiencia política común con los trabajadores para poder llegar a conclusiones juntos. Y esta metodología va a seguir así. Lo que ocurrió en Salta es parte de un fenómeno nacional, porque la disgregación política es nacional. Por eso nuestro avance es nacional, y así lo es también nuestro método”.

Una fuerza que se reclama de la clase trabajadora y que propugna abiertamente su gobierno ha tenido avances que la sacaron de lugares ajenos a la centralidad política y que, incluso, como en Salta, se convierte en su protagonista. ¿Podrá el Frente de Izquierda desarrollarse para cumplir estos objetivos históricos? Todo está por verse. Lo que es indiscutible es que hoy una porción de ese futuro se vivió con alegría en el norte de la nación.