Paritarias: la decisiva batalla de los maestros

Diego Rojas

Marzo era, para los romanos, el mes consagrado a Marte, dios de la guerra y segunda divinidad en el complejo sistema de dioses y semidioses que dominaba el imaginario de ese pueblo -superado sólo por Júpiter, el dios supremo-. Valga este dato inútil para señalar que el mes de marzo de 2014 será escenario de los primeros episodios de la batalla de clases que significarán, en nuestro país, las paritarias.

Las paritarias, ese encuentro anual entre representantes de los empresarios y representantes de los trabajadores en los que se definen las condiciones de existencia de los sectores laboriosos, de este año eran caracterizadas desde hace varios meses como las más difíciles que atravesaría el kirchnerismo desde que se hiciera del poder. Los últimos acontecimientos no hacen más que refrendar ese pronóstico. El ajuste lanzado por el tándem Jorge Capitanich-Axel Kicillof mediante la devaluación produjo una considerable depreciación de los salarios a la que se sumó un incremento sustancial de la ya sustancial inflación. En los últimos meses la devaluación de la moneda nacional alcanzó un 60% y todas las estimaciones indican que la inflación de 2013 superó largamente al 30%. Las cifras oficiales del Indec señalan que enero tuvo una inflación de 3,7%, y se prevé que la de febrero será superior. Un ataque en regla contra las condiciones de vida de las clases populares auspiciado por el gobierno devaluador que responde a los intereses de los sectores que se benefician con la medida: empresarios exportadores y grupos sojeros. No debe olvidarse que Axel Kicillof -que fuera la gran esperanza blanca de la progresía (tanto la kirchnerista como la kirchnerista vergonzante) pero que terminó como agente del pulpo Chevron y gran devaluador- declaró a la agencia oficial Télam que el dólar a 8 pesos era “adecuado para la economía argentina”.

Los docentes son los primeros invitados a la partida. El gremio de los maestros atraviesa una situación contradictoria. Su dirección es hiperkirchnerista -el ex secretario general de la CTERA Hugo Yasky es el máximo directivo de la CTA que responde, sin fisuras, al gobierno de la presidenta Cristina Fernández y la lista Celeste, a la que pertenece, replica ese mismo felpudismo respecto al poder estatal-. Sin embargo, en el último periodo la oposición de la izquierda ha logrado grandes avances a tal punto que el mayor distrito de la docencia agremiada, La Matanza, está dirigido por la lista Multicolor, que agrupa a diversas agrupaciones clasistas y cuya secretaria general es Romina del Pla, militante del trotskista Partido Obrero. Los más importantes distritos de la provincia de Buenos Aires están dirigidos por la Multicolor y, más recientemente, los docentes porteños se sumaron a esa tendencia con el triunfo de la izquierda en Ademys, gremio de la ciudad de Buenos Aires -que además debe enfrentar las bestialidades edilicias y de vacantes promovidas por el ministro ultramontano de educación macrista Esteban Bullrich-. Los maestros de distritos como Neuquén, Santa Cruz o Tierra del Fuego también están dirigidas por la oposición al yaskismo y un encuentro de la oposición a la Celeste realizado hace diez convocó a representantes de 17 provincias. La previsión de una oferta negativa a sus intereses por parte del gobierno -y la caracterizacion de la dirección sindical como “prooficialista”, en el mejor de los casos- los llevó a votar la preparación del paro y del no inicio del ciclo lectivo, que en la mayor parte del país está previsto para el 5 y 6 de marzo. Mes de la guerra, según los romanos.

El pasado viernes se realizó la primera reunión paritaria entre el gobierno y los gremios docentes para discutir su salario mínimo. La irrisoria oferta del tándem Capitanich-Kicillof consistió en un aumento del 22% y una suma fija sujeta a la incorporación del presentismo. La propuesta de aumento fue descartada por todos los representantes gremiales, a la vez que la incorporación del presentismo fue caracterizada por los docentes como una medida extorsiva, ya que limitaría el derecho a huelga, a la vez que impulsaría a que se autoeliminen las licencias por salud en función de cobrar el ítem. Cualquier persona que conozca a un docente puedo corroborar que el enojo entre los maestros es mayúsculo. Percepción que se hizo visible en los plenarios y asambleas promovidos por los sectores combativos del gremialismo docente. La dirección yaskista también tuvo que ponerse a la cabeza de los reclamos ya que, a diferencia de otros años, esta vez no podría entregar los salarios docentes en pos de sus simpatías progubernamentales, a riesgo de ser, metafóricamente, comidos vivos. El lunes 24 se realizó en Quilmes, seccional conducida por el clasismo, un plenario de la oposición que reunió a 520 delegados de la provincia de Buenos Aires que decidieron organizar el paro para el 5 y 6 de marzo. El plenario de federaciones de CTERA votó la misma medida. La oposición prevé una dura lucha y por eso impulsa la continuidad de las medidas de fuerza. Este martes se realizará la segunda reunión paritaria y todo indica que no se llegará a un acuerdo. El gobierno señaló que se plantearía el aumento, entonces, por decreto. El miércoles se reunirán los ministros de Economía de la mayoría de las provincias, incluido el gobierno de la ciudad de Buenos Aires, para acordar los techos en las negociaciones con docentes y estatales. En una muestra más de “macristinismo”, los kirchneristas se unen a la derecha para medrar los salarios de sus trabajadores. Los docentes se movilizarán para boicotear tal reunión. El camino de las paritarias docentes está plagado de chispas estatales que podrían iniciar un incendio.

La batalla paritaria de los maestros es decisiva. En ella estarán puestos los ojos de los otros gremios, estatales y privados, que iniciarán luego sus propias paritarias. De los avances o retrocesos de los docentes dependerá la moral con la que enfrentarán los otros sectores sus propias batallas. Debería señalarse que existen indicios de posibles saltos hacia adelante por parte de los trabajadores. En el último período los enfrentamientos entre empresarios y empleados han tenido, en grandes casos, resultados favorables para estos últimos -el último de ellos en la línea Ecotrans, cuyos dueños los hermanos Cirigliano (de triste recuerdo por su responsabilidad en la masacre de Once) habían despedido a 45 trabajadores y tuvieron que, ante el paro, recular-. También es cierto que existen graves ataques a los trabajadores que intentan ser ejemplificadores y para los que se usa todo el aparato represivo del Estado. De este modo, en Santa Cruz se condenó a perpetua a cuatro trabajadores petroleros de Las Heras en un juicio viciado de nulidad. En esa línea, este último fin de semana se apresó a cinco petroleros más en Las Heras por luchas, a la vez que se detuvo a nueve trabajadores estatales jujeños, incluidos directivos del sindicato SEOM, dirigido por El Perro Santillán. De conjunto, una acción decidida de los maestros podría aportar a dar más pasos hacia la estructuración política de los sectores laboriosos, que avanzaron en ese sentido mediante la incorporación de diputados de izquierda al Parlamento. A la vez, una vez iniciadas las sesiones del Congreso, las paritarias resultarán una prueba para la bancada del Frente de Izquierda, que deberá demostrar en los hechos cómo impulsan los diputados de los trabajadores una lucha decisiva. La CTA de Micheli anunció un paro con cortes de ruta, mientras la CGT de Moyano aguarda en las sombras sin movimientos ostensibles. El modo de actuar de la burocracia sindical -y principalmente de sus bases- será influenciado por el accionar de los docentes en esta lucha.

Toda huelga que apunta hacia el triunfo se construye. Se prepara con delectación de relojero. Así vienen actuando los docentes combativos en función de defender sus condiciones de vida y, quizás, porque son conscientes de lo que se juega en su batalla. Marzo también es el mes de los idus. Según los romanos, eran días de buenos augurios. Es otro dato inútil, pero que no debería pasar desapercibido por los maestros, que se merecerían un poco de mitología romana bien cumplida.