La hora de la verdad para la economía argentina

A pocos días del ballotage, las nuevas autoridades enfrentarán una complejísima situación económica, con componentes tanto objetivos como subjetivos.

Lo objetivo gravita en lo hondo, un marco macroeconómico —el eje de la economía— que presenta un desalineamiento radical, cuyo epicentro es la enorme distorsión de los grandes precios relativos (una severa sobrevaluación cambiaria, sin olvido del desajuste de otros precios), el que calza con los desvíos en otras variables claves (fiscal, monetaria, tasas). A eso se suma una inflación alta, sólo algo contenida por la artificial ancla cambiaria. La restricción externa emblematiza la instancia, incluyendo el negativo cepo cambiario, y el resumen lo da un stock de reservas internacionales muy expuesto.

El llamado Plan Verano cumplió su circunscrita misión, con cierta mejora de la actividad y del consumo y evitó traumatismos mayores. Pero, su fondeo en dólares se desgastó y, sin chances de reciclarlo en forma, el Banco Central enfatiza ahora una mera línea de defensa a través de distintos resortes, apostando al aguante —hasta el cambio de Gobierno— sin que tallen cambios de portafolio ruidosos. Continuar leyendo

Las propias culpas en la distorsión cambiaria y en el declinar exportador

Se suele creer que la historia reinicia todos los días, desde cero. Lo que aplica al ascendente debate sobre el tema devaluación.

Aclaremos equívocos previos. Es torpe enfocar la variable cambiaria de modo aislado. Sí, el cambio nominal es una variable, pero el real -clave y que incluye al anterior- lo calza con las demás variables de la macroeconomía; hay una matriz. A la par, hace tiempo que el Gobierno devalúa (en lo nominal) continuamente, a diversos ritmos. Claro, en el contexto, ello deriva en una dura sobrevaluación real.

En lo de la historia, se olvida -incluso, en medios de la industria, sector harto favorecido en su época- que venimos de un esquema afín a una matriz macro de dólar alto -con los demás complementos-, que marcó uno de los lustros más notables de nuestra historia económica. Más allá de un mero efecto rebote y del apego al llamado “viento de cola”, con un crecimiento sostenido cercano al 9 % anual, aun mayor para la industria (y sin un gran déficit de divisas sectorial), una suba masiva del empleo (en especial privado), el repunte de la inversión, y la solidez externa (superávits y gran acopio de reservas). Continuar leyendo

Terapia de shock e hipocresía

El próximo Gobierno enfrentará tres grandes opciones económicas: continuismo, gradualismo, shock. En términos de comodidad, las opciones se alinean en ese orden. En cuanto a la probidad estrictamente económica, el orden tiende a ser el inverso. Claro, el enfoque de shock, por su firmeza, prima facie es descartado políticamente.

No obstante, él sigue un principio de racionalidad. Si los desequilibrios macroeconómicos son en general radicales -precios relativos macro (y algunos meso), de tenor fiscal y monetario, con una inflación que se modera algo vía el peligroso método del ancla cambiaria de inflación, el cepo cambiario, and so on…-, las correcciones deben ser entitativas y de alcance global. Hay que cruzar un umbral.

Por supuesto, distíngase la terapia de shock como opción de política -orientada- de la que, en su caso, podría forzar el mercado. Algunos gradualistas del club de los homeópatas dicen que los actuales controles de cambio neutralizan una eventual corrección -por sí- del mercado. Grave error. Como hipótesis, podría darse mediante una apremiante extensión de la brecha cambiaria que obligara al final a liberar variables, y, lo peor, sin plan. Y hasta como fruto de las yerros de los planteos continuista-gradualista.

La opción política, con su convicción, busca orientar el proceso. La corrección de precios relativos macro (y también meso) plantea un realineamiento en la materia, reponiendo velozmente una competitividad cambiaria de tenor palpable y, en rigor, con respecto a aquel, hay sectores adelantados-retrasados en materia de valor dólar. Ajustar este espectro es el reto. Continuar leyendo