Las propias culpas en la distorsión cambiaria y en el declinar exportador

Se suele creer que la historia reinicia todos los días, desde cero. Lo que aplica al ascendente debate sobre el tema devaluación.

Aclaremos equívocos previos. Es torpe enfocar la variable cambiaria de modo aislado. Sí, el cambio nominal es una variable, pero el real -clave y que incluye al anterior- lo calza con las demás variables de la macroeconomía; hay una matriz. A la par, hace tiempo que el Gobierno devalúa (en lo nominal) continuamente, a diversos ritmos. Claro, en el contexto, ello deriva en una dura sobrevaluación real.

En lo de la historia, se olvida -incluso, en medios de la industria, sector harto favorecido en su época- que venimos de un esquema afín a una matriz macro de dólar alto -con los demás complementos-, que marcó uno de los lustros más notables de nuestra historia económica. Más allá de un mero efecto rebote y del apego al llamado “viento de cola”, con un crecimiento sostenido cercano al 9 % anual, aun mayor para la industria (y sin un gran déficit de divisas sectorial), una suba masiva del empleo (en especial privado), el repunte de la inversión, y la solidez externa (superávits y gran acopio de reservas). Continuar leyendo

Transición económica: ¿afable o adusta?

Naturalmente, una cuestión que, suponemos, ganará espacio con el tiempo, es la relativa a la manera de abordar la transición económica 2015/16.

Hoy por hoy, aquélla se plantea light, por varios motivos: a) porque, a esta altura –arrancando 2015-, puede lucir prematuro intentar avanzar más, faltando referencias; b) porque la lucha electoral, aun a tiempo vista, exige un sensible cuidado –distinguir entre lo exotérico y lo esotérico- sobre lo que se puede decir, y cómo; c) porque prima un “lugar común” o imaginario –de una transición afable-, con anclaje interno y externo, que se asocia a la convicción de que el simple recambio de autoridades posibilitará automáticamente, por propio peso, encauzar de modo rápido, fácil y hasta indoloro, el severo plexo de desequilibrios que afronta la economía. Imaginario o convicción que se proyecta sobre los principales referentes, incluido el más conspicuo, actualmente, del sector oficialista. Continuar leyendo