Desintermediaciones

José Luis Orihuela

Los estudios de Comunicación se han ocupado tradicionalmente de “las mediaciones” (término que popularizó Jesús Martín-Barbero con su libro de 1987) en la medida en que la comunicación pública, antes de internet, se articulaba en torno a la administración de medios de masas.

Uno de los más potentes efectos de internet consiste, precisamente, en su capacidad para desintermediar todas las industrias y procesos que dependen de manera más o menos intensiva de la información, al tiempo que genera la emergencia de nuevos intermediarios.

Entender la comunicación en la era digital y repensar la función de los “medios” exige asumir que el espacio de la comunicación pública, hoy, es un escenario dominado por las tecnologías de la desintermediación.

La hiperconectividad de las antiguas audiencias o “receptores” no solo ha convertido a los usuarios de las redes en generadores de contenidos, sino que ha disuelto las fronteras entre fuentes, medios y público, mezclando e intercambiando permanentemente sus funciones.

La comunicación desintermediada invierte el paradigma clásico del guardabarreras “primero se filtra, luego se publica” y lo convierte en el modelo “primero se publica, luego se filtra” que tanto ha beneficiado a Google.

Los estudios de Comunicación del futuro (o sea, los de hoy) tienen que centrarse en pensar y diseñar qué nuevas intermediaciones (como la de Google) van a ser necesarias en la era de las desintermediaciones.