Por: María Julia Oliván
A las 3 de la tarde del martes uno no sabía si angustiarse porque la bella Karina Olga había sido engañada en su sueño rosa de encontrar el príncipe azul, si preocuparse por la salud del genial Calabró y por las crisis de la pareja de su hija Iliana, si contratar a Leonardo Fariña para la próxima ficción de Pol-Ka o si sentirse un reverendo imbécil por pagar los impuestos y trabajar con honestidad mientras, a la vista de todos, en nuestro país se lava dinero comprando comfort first class.
La confusión fue tal que en un momento todos hablábamos de eso, pero no hablábamos de eso. Es decir, hablábamos de la anécdota, de lo que en el periodismo llamamos datos de color, pero no del verdadero asunto.
La trama ya es conocida por todos: el programa que conduce Jorge Lanata puso al aire un informe que consistía en dos cámaras ocultas a Leonardo Fariña, un reportaje en con el financista Federico Elaskar y un documento en el que se acredita que la Teegan Incorporated, que se formó en Belice, posee una cuenta bancaria en la que había un millón y medio de dólares en el Banco Lombard Odier de Suiza. El titular de las acciones de la empresa sería Martín Báez, hijo de Lázaro Báez.
De acuerdo con los dichos de Elaskar, operatorias de este tenor se habrían repetido en “infinidad de oportunidades” y se ejecutaban a través de Fabían Rossi (el Rossi de Iliana) que trabajaba para SGI y sería quien operaba en Panamá creando las sociedades y manejando el dinero que se giraba a esa plaza gracias a sus presuntos vínculos con autoridades diplomáticas.
Después fue muy fuerte ver cómo el caso se quedó con el seguimiento de la ostentación del matrimonio Fariña, con el archivo sobre el matrimonio de Iliana Calabró y con las imágenes de las Ferraris y los aviones que utilizaba el contador que se peina con colita.
¿Somos la audiencia de televisión quienes tenemos que pensar si este chico dice la verdad a Lanata o a Jorge Rial? Entonces cerremos los tribunales hagamos un hashtag y hagamos una encuesta por Twitter.
Si no somos nosotros, ¿entonces quienes?
Buenos, son varios…
El caso todavía no tiene juez ¿la pueden creer? Nadie quiere en Comodoro Py la papa caliente.
Cuando tenga juez, él deberá investigar si hubo o no delito de lavado de dinero, que es ni más ni menos que hacer que dinero obtenido de actividades ilegales o no registradas entre en el circuito oficial del dinero. Ese delito tiene una pena de hasta 10 años, es difícil de probar pero no imposible. Es más, se ha avanzado lentamente en esa materia en los último años.
La Unidad de Investigación Fiscal, que hoy abrió una investigación al respecto, también tendrá que hacer su parte.
También debe intervenir el Juzgado de La Plata que recibió la inspección que la AFIP abrió a Fariña en La Plata cuando se lo empezó a ver ostentando cosas que no podía justificar con sus ingresos.
Por su puesto que la AFIP debe iniciar otra investigación sobre Lázaro Báez y su familia para definir si se registran gastos que no pueden ser justificados o “dinero negro” como señalo Fariña en la cámara oculta.
El Banco Central, para que informe si se compraban en negro tantos dólares y euros.
La Comisión Nacional de Valores, para que informe qué cambios registraron las sociedades mencionadas en el tape.
Ustedes podrán pensar, ¿por qué un juez o los organismos de Estado deberían quedarse con la versión Lanata de Fariña y no con la que relató en el programa de Rial?
Porque un juez investiga delitos, no novelas.
Y si en un tape se describe un delito, va de suyo que el juez buscará probar si ese delito ocurrió o no y qué tipo de consecuencias trajo aparejadas.
Es una gran oportunidad para que la Justicia demuestre por qué es importante pelear por su independencia del poder político.
Una excelente chance para que la oposición presione sobre los jueces para que demuestren si los argumentos del oficialismo sobre la corporación judicial son ciertos o no.
Y, sobre todo amigos, el momento ideal para que si nos toman por giles, no ejerzamos de giles.
Que los que pagamos impuestos no nos sintamos unos boludos y que este país, para celebrar sus 30 años de democracia, demuestre que el que las hace las paga. Que hacer las cosas como se deben, ser buena gente, no es para la gilada.
Que la gilada está del otro lado.