Elecciones: quien ríe último, ríe mejor

María Julia Oliván

En estos días la política electoral no va a ser definida tanto por las alianzas partidarias o por los candidatos que se postulen, como por lo que suceda en el Palacio de Tribunales, más concretamente en la Corte Suprema de Justicia.

El presidente del máximo tribunal, Ricardo Lorenzetti, anticipó ayer que resolverá “inmediatamente” la disputa por la reforma del Consejo de la Magistratura, por lo que se espera que en los próximos días decida sobre la constitucionalidad de la ley que establece que los candidatos a miembros del órgano sean elegidos por voto popular.

Esa decisión podría cambiar el calendario electoral, especulan en el entorno del hiperactivo intendente de Tigre, Sergio Massa, que sigue haciendo valer la alta expectativa que su figura genera en sectores tanto del oficialismo y como de la oposición.

Y es justamente ese fallo de la Corte el que espera Massa para terminar de decidir sus pasos. Esto es importante para el resto de los actores políticos en la provincia de Buenos Aires, el principal distrito electoral del país, porque una elección es con Massa jugando y otra totalmente diferente sin él en carrera, coinciden las principales consultoras de opinión.

¿Cuál es la especulación?

Si la Corte acepta la ley impulsada por el oficialismo para que los candidatos a consejeros sean votados junto con los legisladores, Massa anotará el Frente Renovador como una alianza electoral antes del miércoles próximo.

Para eso, esta semana mandó a un equipo de los suyos a terminar de definir la estructura legal para anotar el frente, aunque en su círculo de confianza aseguran que ofertas de estructuras partidarias sobran (la ley establece que de mínima se necesita un partido de alcance nacional y otro local para la alianza).

Para el fin de semana próximo ya está convocada una reunión con los 17 intendentes que lo apoyan y que reúnen un territorio con dos millones de electores. Si llegado el sábado, la Corte no definió aún su postura, se pondrán de acuerdo en los puntos básicos del Frente Renovador que anotarían la semana próxima.

Si la Corte rechaza la posibilidad de votar junto con los candidatos a diputados los miembros del Consejo de la Magistratura, la cosa cambia.

En el entorno de Massa especulan con que el gobierno nacional podría resolver suspender las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO), por lo que carecería de sentido anotar un frente para presentarse a esa instancia.

En ese escenario, Massa podría llegar tranquilo a octubre ganando más tiempo para definir si va a encabezar una lista propia de candidatos a diputados o si va a impulsar la postulación de su esposa Malena Galmarini, quien esta semana levantó su perfil.

Para el gobierno sería negativo dejar al intendente jugar en las PASO y que llegue a octubre con un poder afianzado por el caudal de votos que pueda obtener, por lo que suspender las primarias no sería una mala opción para los kirchneristas que rechazan con saña allanar el camino para que el gobernador Daniel Scioli sea el sucesor de Cristina Fernández.

Con PASO o sin ellas, en el gobierno saben que apenas sea validado por el voto popular, Massa se lanzará instantáneamente a la candidatura presidencial para 2015 y no como sucesor del kirchnerismo.

Scioli, por su parte, quiere acentuar su papel de gestor. Esquiva con el arte de siempre los dardos directos, se despega con diplomacia del gobierno nacional reforzando diferencias en la relación con los periodistas y en la apertura a los sectores del PJ descontentos con los K y refuerza la idea de que está ocupado en gestionar los temas que le preocupan a la gente.

No opina de internas y si bien aclaró que espera negociar sus propios candidatos en las listas de diputados, se reafirma en sus esfuerzos por ponerle fin al conflicto docente y reforzar la seguridad en la provincia. Sabe que ése es el tema que más preocupa a la gente y a ellos les habla.

La duda que cabe es saber cómo va a repercutir en el oficialismo un eventual liderazgo de Massa y cómo se comportaría ese nuevo espacio político que se formaría con el liderazgo del intendente en un eventual bloque parlamentario (siempre y cuando todo lo que se ve en las encuestas se replique en las urnas). Si, tal como lo plantea una de las hipótesis analizadas, Massa es candidato y asume como diputado, ¿va a ser kirchnerista u opositor?

Va a ser massista, como siempre.

Va a ser antisciolista y ahí sí que va a terminar de dividirse y definirse el inquieto y todavía dinámico aparato peronista.