Avanzar al borde del abismo

Mundo Asís

La Doctora arrugó, hasta aquí, sólo con el Papa Francisco.

escribe Oberdán Rocamora
Redactor Estrella

“Si ganás bien en octubre, podremos poner el candidato que se te antoje.
Si ganás muy bien, podremos intentar la reforma, para que te quedes.
Ahora, si no ganamos, Cristina, fuimos”.

La Garganta atribuye el razonamiento a Julio De Vido, el Ex Superministro vaciado, extirpado de competencias. Interesado en el mantenimiento de la libertad.
Fue durante una comida bilateral con La Doctora, en Olivos. Donde las paredes escuchan.
Sin la presencia de Carlos Zannini, El Cenador. Es el López Rega sin Magia que basa la legitimidad en el manejo frecuente de los cubiertos.
Consta que después del reencuentro, gracias a algún caramelo de madera (ligeramente empolvado con azúcar impalpable) De Vido salió “con actitud”. A replicar, en la exaltación defensiva “del modelo”.
Para asegurar lo obvio. La patología que despierta admiración. Por su audacia infinita.
Nunca vamos a retroceder” -dijo con énfasis, para entusiasmar intendentes.
Infortunadamente es verdad. “Van siempre al frente”.
Aunque sean atacados, como ahora, por el fuego cruzado -dice- de “los verdaderos corruptos”.
Los que se resisten a “pagar la Asignación Universal por Hijo”. Pero ellos -prosigue el embale de De Vido- “no pagan las cargas sociales”.

Avanzan. No los detiene ni la realidad. Avanzan aunque parezcan situarse al borde del abismo. Aguantan y siguen.

Al margen de la irracionalidad de los planteos, De Vido tiene razón.
Contraatacan, reclaman, reprochan. Como si la sociedad siempre les debiera algo.
Y cuando los cruzados se detienen un poco, es sólo para tomar impulso. A los efectos de arremeter después con más fuerza. Y avanzar con el acelerador a fondo y los ojos cerrados. Como si pretendieran pasar por encima del abismo. Ignorarlo.

“Solamente una vez”

Hasta aquí, que se sepa, La Doctora arrugó “solamente una vez”. Como en aquel bolero clásico.
Retrocedió con el Papa Francisco, el único que la perforó. Con la contundente bondad, el manejo sobriamente escenográfico, la modestia inteligentemente demoledora.
Sorprende entonces que La Doctora no se encuentre influenciada por el efecto de la bonhomía y la sensatez que el propio Francisco, con su irrupción, genera. Que no modifique las claves prepotentes del comportamiento atropellador. El mecanismo permanente de la huida hacia adelante. Con la certeza de saber que no va a toparse con ningún obstáculo que le interrumpa el sentido de la huida. Hasta convertirse, de pronto, en la perseguidora principal.
Pese a los riesgos de la anunciada Peste de transparencia.
De la desatada “epidemia de honestidad”, que brota justamente cuando el cristinismo, al respecto, se encuentra tan en evidencia. Demasiado vulnerable.
Cuando se muestra la cara más obscena del poliedro que la complejidad de su política, en la práctica, representa.
En la pasión recaudatoria del extinto. El hábito delictivo, definitivamente instalado en la atención popular.

“Ni un paso atrás”. Es la consigna. Aunque se les pierda el respeto y el temor.
Las reglas del juego aquí están para ser cambiadas, cuando les convenga.
Por lo tanto se cargan la justicia, y no vacilan en explicar el sentido de la carga. A través de los jacobinos que aplauden a La Doctora en la Universidad de La Matanza. Como si hubieran asumido ayer, y nada tuvieran que ver con la actualidad.

Sensibilidad del doctor Zaffaroni

Se llevan por delante la Justicia y sin que les interese la molestia, según nuestras fuentes, del hipersensible doctor Eugenio Raúl Zaffaroni.
Es el único militante cristinista que tienen en la Corte.
Las fuentes consignan que Zaffaroni fue oportunamente desairado. Ni siquiera lo consultaron sobre las demenciales medidas que iban, a lo pirro, a aprobar. En el campo, para colmo, de su especialidad.

De manera que Zaffaroni dejó Flores para partir hacia Europa. Tal como lo tenía programado. “Por sus clases en la Universidad de Bologna”, confirma la Garganta. Y por la distribución pacientemente redituable del prestigio académico.
Aunque el jurista estimule, según nuestras fuentes, destinos tangibles, de alto protagonismo terrenal.
Hay quien confirma que Zaffaroni aún se imagina en la fórmula del 2015. Acaso en el primer lugar. Si a La Doctora “le va bien”, y decide elegirlo.
Pero todavía -según nuestras fuentes- se lo puede convencer de la necesidad de anticipar el regreso de Bologna. Basta con una propuesta bastante más módica. La candidatura, sin ir más lejos, a senador. Por el Artificio Autónomo de la Capital. A los efectos de superar el rostro clásico de Filmus y confrontar con el macricaputismo en ascenso. Un PRO que avanza varios casilleros en la oca de la sucesión presidencial.

Macri o la captura de la iniciativa

De pronto Mauricio Macri, El Niño Cincuentón -el máximo cuadro del macricaputismo- lo “madruga”, por primera vez, al cristinismo dormido.
Lo sorprende con un proyecto que acota la tendencia oficial hacia la barbarie.
Despoja a La Doctora de la iniciativa y conquista las primeras planas.
“Frena con un decreto la ofensiva contra los medios” (La Nación).
A través de un sólido Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), inapelablemente preparado por Fabián Rodríguez Simón, un experto intelectual del derecho.

Significa confirmar que, en adelante, la política deja de ser el mero rehén de la Guerra-Divorcio. Entre el Gobierno de La Doctora y el Grupo Clarín.
Al reclamar la competencia jurídica del Artificio Autónomo de la Capital, Macri ingresa frontalmente en la pelea. Inclina el escenario a favor, por supuesto, del Grupo Clarín.

Se trata de una decisión audaz que desubica, en principio, a los otros referentes “madrugados” que pugnan por suceder a La Doctora. La que dejó de estar, en el centro del escenario, en absoluta soledad. Se le puso El Niño Cincuentón al lado. A la par. Para desalojarla.
Acaso Daniel Scioli, el Líder de la Línea Aire y Sol, debería registrarlo.
Con menor cautela y mayor deseo de emancipación, Scioli observa. Dentro de la alucinación del “modelo”. Del que nadie a Aire y Sol puede expulsarlo.
Menos aún La Doctora, y no precisamente porque carezca de ganas de desembarazarse. A esta altura de su desmoronamiento personal, La Doctora no puede perder un sólo voto más en Buenos Aires, la provincia inviable. Ni de Scioli ni de Sergio Massa, La Rata del Tigre (ampliaremos).

La Agencia también avanza

El desaire implícito a Zaffaroni fue motivado, según nuestras fuentes, por dos jacobinos que se creen geniales.
Trátase de Eduardo De Pedro, El Wado, que está provisto de una positiva arquitectura intelectual, que combina con su dificultad básica para expresarla.
Y sobre todo de Julián Álvarez, el viceministro de Justicia. Lo conduce al ministro Alak.
Son dos representantes de La (Agencia de Colocaciones) Cámpora. Estructura que responde, en la práctica, a la jefatura de El Cenador. Zannini actúa siempre en representación de La Doctora. A la que suele presentarle, según nuestras fuentes, los hechos consumados. Mientras le elogia el contenido conceptual de la sucesión de sus twits.

Sin embargo el caudillo nominal de la Agencia de Colocaciones es Andrés Larroque, El Cuervo de Poe.
Un Dragón -Larroque- que dista de caracterizarse por el refinamiento metodológico.
Ocurre que El Cuervo de Poe revolotea hoy sobre la sangre del ministerio de la Hermana Alicia, La Fotocopia. Es otro Dinero-Ducto donde se dilapidan los recursos. En el nombre del pobre, ese pretexto.

Significa confirmar que Larroque estimula el proyecto frontal de reemplazar pronto a La Fotocopia. A la que necesitan hacerla candidata a diputada. A la fuerza.
Aunque la dama “prenda menos que la antivariólica en el matambre”.
Deben hacerla candidata, pegarle algunos carteles, para que la Agencia le ocupe, en definitiva, el lugar. Con el apoyo entusiasta de El Cenador.

“Cuesta entender que a La Doctora, por los últimos acontecimientos, ya no le interesa compartir más el poder con ningún Kirchner. Sólo se dispone, en adelante, a homenajearlo”.

Oberdán Rocamora
Continuará

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