Se fue un gigante: ¿y ahora?

Nicolás Tereschuk

La muerte de Hugo Chávez y el fuerte impacto que la noticia tuvo en la región y en el mundo permite hacerse algunas preguntas que, aunque sean retóricas, pueden conservar algún valor.

  • ¿Se reducirá la influencia política de Venezuela en la región, aunque Nicolás Maduro se revalide en las próximas elecciones al frente del gobierno?
  • ¿Pasará alguno de los presidentes latinoamericanos que viajaron a Caracas para honrar la memoria de Chávez a ocupar el rol político que el líder bolivariano tenía como abanderado regional contra el neoliberalismo?
  • ¿Qué posibilidad tienen reales de crecer en influencia a nivel sudamericano Rafael Correa y Evo Morales? ¿Será posible ese aumento de su espesor político, cuando son mandatarios de Estados relativamente pequeños?
  • Esta ausencia de Chávez ¿obliga al tándem brasileño Lula-Dilma y a Cristina Kirchner a estar cada vez más “espalda con espalda” para enfrentarse a posibles amenazas a la unidad latinoamericana?
  • La diplomacia norteamericana y algunos de los poderosos grupos de presión de ese país ¿optarán por estrategias que apunten a agrietar el mensaje de fortaleza y coincidencias que la mayoría de los presidentes de la región buscan ofrecer desde la capital venezolana?
  • ¿Se convierte la presidenta argentina, ante la muerte de quien fuera un pionero en el embate contra neoliberalismo en la región, en la mandataria que puede mostrar más ejemplos de “rebelión” contra los poderes fácticos al interior de sus fronteras nacionales?
  • ¿Implica esto que los ataques que viene sufriendo el Gobierno nacional en los “mercados financieros” internacionales se profundizarán? ¿Habrá que entender en esa clave el voto de censura que le dedicó el mes pasado el FMI, un riesgo país varios escalones por encima de los de Venezuela y Ecuador o las insólitas decisiones sobre la deuda pública en default que vino tomando hasta hace muy poco la Justicia de Nueva York?
  • Si la presidenta Kirchner “es ubicada” o “se ubica” en un rol similar al que tenía Chávez en la región, ¿tendrá eso algún tipo de impacto en la política local, en términos de las estrategias que ensayen la oposición, sectores empresarios locales o el propio kirchnerismo?
  • Si la región comienza a sufrir, a partir de la ausencia de Chávez, dificultades o retrocesos en cuanto al proceso de avances desde el “centroizquierda” que registró Sudamérica en la década pasada, ¿volvería esa situación al kirchnerismo más “negociador” o aún más “aguerrido”?
  • ¿Puede alguien creer a esta altura que las prematuras muertes de Néstor Kirchner y Hugo Chávez no dejarán, junto con un vacío político muy difícil de llenar en el corto plazo, “semillas” de futuros militantes y dirigentes políticos en todo el continente? ¿Que las figuras de estos líderes que preferían mostrar su autenticidad antes que seguir un guión dictado por algún consultor no se convertirán en un imán y en un ejemplo para miles y miles de jóvenes sudamericanos? ¿Que sus transgresiones, su ansia de transformación, su audacia, su nivel de decisión y de coraje para decir y hacer, para pensar y empezar a concretar una más sólida unión sudamericana no perdurará en la memoria de sus pueblos?