Por: Nicolás Tereschuk
En la década de gobierno kirchnerista se recuperó el salario real, se fortalecieron los sindicatos y se reactivó la negociación sobre niveles de sueldos y condiciones de trabajo a través de las paritarias. Este beneficio notorio para los trabajadores “en blanco” suele, sin embargo, ser sometido a la siguiente dinámica informativa y mediática:
- A principios de año, o bien un representante empresario a través de declaraciones periodísticas o bien algún analista en un medio de comunicación habla de la existencia de “un techo” para la negociación salarial. Esto se complementa con afirmaciones de que el Gobierno plantea a su vez ese tope.
- Enseguida, a más tardar en el mes de febrero, los sindicatos que se ubican en un sector políticamente enfrentado al Gobierno nacional, como son ahora la CGT de HugoMoyano y la fracción de la CTA liderada por PabloMicheli -a los que se suma el gastronómico LuisBarrionuevo con la convocatoria a un tradicional asado que realiza cada año en Mar del Plata-, expresan que no aceptarán bajo ningún aspecto un “techo” por parte del Gobierno para las paritarias. Vemos más titulares en la prensa.
- Los funcionarios que son consultados sobre el tema -como todos los años- indican, sin embargo, que las paritarias no tienen “ni piso ni techo” y hablan de “responsabilidad”.
- También los gremios más alineados con el Gobierno, como los que se reúnen en la CGT encabezada por Antonio Caló o en la CTA de Hugo Yasky señalan, cuando los consultan, que reclaman un porcentaje que suele ubicarse “por encima” del “techo” que los medios de comunicación aseguran que desea el Gobierno. Así, por ejemplo, el diario La Nación tituló a principios de febrero “El techo del 20 %, cada vez más lejos” y planteó un escenario de tensión y conflictos para las negociaciones salariales de 2013.
- En los meses posteriores se dan las negociaciones con acuerdos, desacuerdos, tensiones e incluso medidas de fuerza por parte de los gremios involucrados.
- Luego, como ha ocurrido todos los años en la última década, algún gremio que muestra afinidad con el Gobierno -hace algunos años era el de Camioneros, ahora es la Unión Obrera Metalúrgica, entre otros sindicatos de relevancia- firman un acuerdo salarial en la Casa de Gobierno y se da a conocer entonces una “pauta salarial” que orienta el resto de las negociaciones. Se trata de un porcentaje que los empresarios pueden afrontar, que conforma a los sindicalistas y a la mayoría de sus bases y también a la Casa Rosada.
- Los medios de comunicación enfrentados con el Gobierno, como lo hizo esta semana el diario Clarín, indican nuevamente que esa pauta es un “techo” que quiere imponer el Gobierno. Aunque, como en este caso -con acuerdos en torno al 24%- , se ubique bastante por encima del “tope” que supuestamente tenían estas negociaciones, según los mismos medios de prensa, al iniciar el año. Es más, la “pauta” se acerca casi siempre al margen que los gremios cercanos al Gobierno indicaban que consideraban como razonable ya desde enero.
Podríamos ir cambiando los años de las negociaciones. Pero casi siempre las tratativas han tenido esta dinámica. Con gremios y entidades empresarias que negocian en una mesa y donde hay “presiones” y “operaciones” externas, muchas veces protagonizadas por medios de comunicación.
Y así es que luego de tanto escuchar hablar de “imposiciones”, “aprietes” y “techos”, se da una situación como la que en una reciente nota de opinión del diario El Cronista expresó Julián de Diego, director del Posgrado en Conducción de Recursos Humanos de la Universidad Católica Argentina (UCA), fundador del estudio De Diego y Asociados, uno de los principales asesores de grandes empresas en materia laboral:
“Por noveno año consecutivo, dentro de la Era K los sindicatos logran incrementos superiores a la inflación real, lográndose así uno de los paradigmas del ex presidente Nestor Kirscher (sic) en el sentido de propiciar la reasignación de los ingresos dando prioridad a los que poseen menores ingresos, afectando por ende a los que tienen ingresos medios y superiores”.
(…)
“Es importante destacar, que con el juego armónico del Salario Mínimo Vital y Móvil, que obviamente se ajustará este año un 24%, los gremios han mantenido un pacto de honor con la Presidencia de la Nación, en el sentido de seguir pujando por la mejora de los ingresos de los que menos ganaban y tienen. Este objetivo que ha sido y es una Cuestión de Estado se mantuvo por toda la Era K , con prescindencia de los dirigentes que hayan asumido el rol protagónico”.
Luego de diez años, podemos decir que esta película ya la vimos.