Máximo y el mensaje

Finalmente se develó el mito del heredero. Máximo Kirchner pronuncio sus primeras palabras en público y desató un tsunami de interpretaciones y comentarios. Al emerger finalmente de las sombras, Máximo K se enfrenta a su propia leyenda, a la construcción de la imagen que propios y extraños hicieron de su figura. Una apuesta de riesgo sin dudas. ¿Es un fino analista político, como lo definió su madre, o el oscuro administrador de consorcios familiares que mencionan los medios? ¿Es el creador de una fuerza política joven y leal, o es el pibe de la playstation, experto en el FIFA 2014? Continuar leyendo

El dilema de Scioli

No hay dudas de que la historia es bilardista. No importa los contextos ni las intenciones, los resultados mandan. Al final, una gestión es valorada por los impiadosos hechos facticos. A Raúl Alfonsín le toco llevar adelante un gobierno en un contexto histórico-político complejo, pero en el balance final siempre pesara la salida adelantada. A Fernando De la Rúa se lo llegó a considerar (ex-ante) un Estadista y un fino tiempista político, imagen que se derrumbó al ritmo de las aspas del helicóptero presidencial.

Por estas horas esto debe preocupar a Daniel Osvaldo Scioli (DOS). El gobernador bonaerense debe enfrentarse camino al 2015 a dos escenarios definidos por una lógica binaria. Si DOS es electo como Presidente en el próximo turno electoral, habrá un consenso unánime sobre sus capacidades de Estadista. Se lo considerara un gran lector de escenarios políticos, un tiempista exquisito, con la sabiduría producto de la paciencia oriental para saber esperar los momentos justos. Un tipo que fuma adentro de una garrafa cargada.

Pero si no lo logra, sobre él caerán descalificaciones que lo presenten como un timorato, un conservador carente de la voluntad del conquistador que caracteriza a los grandes líderes políticos. Un pelele que no se animó a tomar el toro por las astas para definir su futuro político. Un hombre que olvidó las sabias palabras del poeta romano Virgilio, quien señalaba “Audaces Fortuna Iuvat” (La suerte favorece a los valientes)

A DOS se le reducen sus opciones día a día. ¿Sera el gobernador bonaerense el candidato del oficialismo? ¿El kirchnerismo, en su versión cristinista, pagará bien su reiterada sumisión? ¿O quizás deba DOS romper lanzas de una vez con el kirchnerismo e intentar regresar a las fuentes del ortodoxo PJ, el cual hoy conserva el poder territorial y hace una fila silenciosa –o no tanto- para sumarse al proyecto presidencial de Sergio Massa? Para resolver estas hesitaciones, los estrategas de DOS deberían adentrarse más en el pensamiento de la presidente Cristina Fernández de Kirchner, entendiendo que en la cancha política hay más jugadores y estrategias que las que ellos cuentan.

CFK, con 61 años, es aun joven para retirarse de la política. Solo aquellos que no comprenden ese fuego interno que motoriza la voluntad de los grandes dirigentes pueden suponer que CFK se retirará a Calafate a contemplar la inmensidad del Lago Argentino en compañía de su nieto Néstor Iván. Con su impiadoso y vengativo imperativo categórico, sumado a su ejército personal unido y organizado, nuestra Khaleesi autóctona sabe que aún tiene hilo en el carretel y en el peor de los escenarios se retirará con un núcleo duro e impenetrable de un 15%, que le permitirá terciar en la discusión política o, al menos, conservar poder de daño en los años venideros.

Por ello, CFK ha decidido mirar a Chile para hacer un copy-paste de la estrategia de Michelle Bachelet. La estrategia trasandina es simple: Bachelet, luego de un gobierno de corte progresista, evitó un apoyo explícito y con todos los fierros a un candidato del Partido Socialista de Chile, parar entregar el gobierno a un exponente de la derecha opositora como Piñeira, apostando al fracaso de la nueva gestión, conservando su prestigio y capacidad de fuego político, para luego volver a la presidencia como parte de alternancia política.

Para importar y ejecutar esta estrategia, CFK solo debe reemplazar el nombre de Piñeira por el de Mauricio Macri. En la estrategia oficialista, cuentan con que la esperanza blanca de la derecha argentina no posea las capacidades políticas y de gestión suficientes para dejar en el olvido la gestión kirchnerista, dejando la puerta abierta para un regreso triunfal de Cristina y el kirchnerismo. Para ello, es necesario correr de la cancha a DOS. Al gobernador bonaerense le salieron dos competidores para las PASO destinados a desgastar su figura: En primer lugar figura Sergio Daniel Urribarri (SDU), exponente de la doctrina obsecuente entrerriana, quien es el candidato del corazón kirchnerista. Con pocas posibilidades reales, SDU presenta el fanatismo, la subordinación y la obediencia como los principios de su propuesta política, la cual seduce a los sectores más radicalizados del kirchnerismo.

Por otra parte, el Ministro de Interior y Transporte Florencio Randazzo -un hombre moderado y de fina muñeca política- también anunciÓ su candidatura, la cual tácitamente cuenta con el guiño presidencial. La reconocida capacidad rosqueadora del hombre oriundo de Chivilcoy es su principal activo y fuente de preocupación sciolista.

Además de sus competidores, DOS sufre las ráfagas de fuego amigo. La usina filosófica subvencionada conocida como “Carta Abierta” ha salido a señalar que el ex motonauta no los representa. El ultrakirchnerista Ricardo Forster, un hombre que jamás vio un pobre pero teoriza sobre la pobreza, al igual que el incontinente verbal sepia Kunkel, han sido particularmente duros con el gobernador bonaerense. Resulta inverosímil pensar que estas manifestaciones no cuenten al menos con medio guiño presidencial.

CFK mira divertida este escenario desde afuera. Sus próximas acciones se concentran en una salida ordenada del gobierno para lo cual habría un oxigenante cambio de gabinete post-mundial. Conocedora del poder de su núcleo duro, CFK no participara activamente en las PASO, sino que se limitará a colocar hombres y mujeres de su máxima confianza en las listas para garantizar su poder de fuego durante la próxima gestión. Así, a DOS se le acaban el tiempo y las opciones. En pocos días comienza el mundial y en el escenario político se vivirá una tregua futbolera de 30 días. Pero una vez que finalice la competencia en Brasil, se activaran todas las campañas y no habrá tiempo de replanteos.

Porque una sola cosa es segura: El Plan Bachelet está en marcha.

El PRO en su laberinto

Spoiler alert: A la gente del PRO no le va a gustar esta columna

Faltando solo 18 meses para la culminación del actual ciclo político, la sucesión presidencial comenzó a recorrerse en las distintas estructuras políticas nacionales. El Frente Para la Victoria, blandiendo la espada de doble filo que significa ser el partido de gobierno, transita simultáneamente el duelo de no poder repetir el liderazgo de CFK por el lógico impedimento constitucional, junto con la definición del sucesor donde se miden el poderoso corporativismo sciolista, la obsecuencia entrerriana, y los sparrings ministeriales. En su horizonte, la amenaza de la reedición de la traición de Menem a Duhalde en 1999 genera algunos rostros adustos en los candidatos.

El conglomerado de egos con fines de lucro, también llamado FAUNEN, sueña con que mágicamente la aritmética deje de ser una rama de la matemática y pueda transformarse en una disciplina de la ciencia política, de forma tal que 9% de Hermes Binner, junto con el 8% de Julio Cobos, más el 6% de Elisa Carrio y el 5% de otros entusiastas neo-aliancistas, rápidamente se transforme en un 28% que les permita colarse entre los aspirantes a la primera magistratura de origen peronista.

El Frente Renovador, confiados en el 25% que ostenta Sergio Massa y sin responsabilidades ejecutivas de gobierno en el nivel provincial y nacional, recorre el país sumando voluntades para su causa. En el horizonte de esta fuerza se observan como amenazas el aburguesamiento y el desgaste que suelen tener quienes van primeros. Para ellos, el desafío es manter la iniciativa política y evitar el desgaste.

Finalmente, la esperanza blanca de la centro-derecha que encarno el PRO se encuentra atrapada en el agotamiento de las estrategias políticas que utilizaron hasta ahora, las cuales, -nobleza obliga- han sido exitosas, pero no alcanzan para la proyección nacional de la fuerza.

El axioma del poder macrista indica que el nada despreciable 16% que ostenta el jefe de gobierno porteño, adicional a un fuerte trabajo electoral en cinco provincias -que suman el 66,9% del electorado-, garantiza la llegada al sillón de Rivadavia. Sin embargo, el desdén federal demostrado por los armadores del PRO puede ser la garantía del fracaso de la gestión en un hipotético triunfo. El error de subestimar a 19 distritos provinciales, la equivocación de no “tener un gaucho en cada pueblo”, solo puede generar conflictos regionales que se expandan viralmente al resto de la nación.

Para graficar esto, vale la pena preguntarse en un hipotético gobierno macrista quien sería el interlocutor válido ante las provincias petroleras –que en su conjunto solo suman un 8% de la población– cuando surja un conflicto que amenace el abastecimiento de combustible a nivel nacional. O quien se encargara de un potencial conflicto por el fondo de tabaco en Jujuy. No está de más recordar que los orígenes del piqueterismo argentino se dieron en provincias del interior olvidadas por la gestión delarruista.

Faltando tan poco tiempo, al PRO solo le queda la búsqueda de una alianza con el FAUNEN para poder proyectar una fuerza nacional. Pero esto se asemeja más a una construcción de laboratorio que una situación factible. Si bien gran parte del anti peronismo argentino puede llegar a fantasear con una combinación de Elisa Carrio con Mauricio Macri -sazonada con un poco de Ernesto Sanz-, es de esperar que por un mínimo de coherencia ideológica el socialismo dominguero de Hermes Binner huya aterrorizado de tal construcción llevándose consigo el barniz progresista de esta neo-alianza.

Así, en el tablero de ajedrez en el que se desarrolla la política argentina, todo parece indicar que la definición será a través de las ramas del peronismo, tanto en su versión renovadora como en su versión neo-kirchenirsta. La cobertura nacional del movimiento fundado por el general Perón, desplegando su injustamente criticado eclecticismo filosófico, permite que el mismo se adapte mejor a la cambiante realidad argentina. Y ya lo dijo Charles Darwin: solo sobrevive quien mejor se adapta.

Sergio Massa y la iniciativa política

En las últimas semanas, la agenda política argentina estuvo marcada por el debate del anteproyecto de reforma del Código Penal Argentino. Así, el documento que se filtró a la opinión pública materializo un asunto que hace ya mucho tiempo viene ocupando los primeros lugares en la preocupación ciudadana: la inseguridad.

La comisión ad hoc a cargo de la elaboración del anteproyecto de reforma conto con un importante aval político, ya que en su integración contó con representantes del Frente para la Victoria, el PRO, la Unión Cívica Radical, y el Frente Amplio Progresista.

Dicha reforma contiene un aspecto indiscutiblemente positivo: la codificación en un solo corpus iuris penale de todas las normas de carácter penal que se encuentran dispersas en distintas leyes especiales, junto con las normas contenidas en el actual Código Penal. Así, este proceso de ordenamiento normativo traería numerosas ventajas en lo referente al estudio y aplicación del derecho.

Sin embargo, el anteproyecto contiene distintas disposiciones que -naturalmente- alteraron la sensibilidad social por su escasa rigurosidad punitiva. Así, el documento elaborado por la comisión especial ad hoc, reduce las penas para delitos de alto impacto social, tal como la trata de menores, donde la pena vigente de 10 a 15 años de prisión se reduce a una pena de 4 a 15 años, o el tráfico de estupefacientes cuya pena de prisión vigente es de 4 a 15 años y la propuesta legislativa la reduce a 3 a 10 años. De más está señalar que la eliminación de la prisión perpetua y de la reincidencia como agravante de los delitos son igualmente reprochables. En síntesis, el anteproyecto disminuye sensiblemente el aspecto punitivo contenido en las normas penales vigentes.

En el estudio de la dogmática penal, el objeto de la pena se explica a través de dos grandes corrientes: la corriente de la retribución y la corriente de la prevención. En la primera de ellas – la retributiva- la pena no busca la persecución de un fin socialmente útil, sino que en la imposición de un mal al transgresor, se retribuye, equilibra y expía la culpabilidad del mismo por el hecho cometido. Esta corriente ha sido dejada de lado por la moderna doctrina penal dado que, como se ha señalado, no busca la persecución de un fin útil para la sociedad.

En tanto que en la corriente de la prevención, en su carácter general, la misión de la prueba es ejercer sobre la comunidad una coacción mediante las amenazas penales y la ejecución de la pena para disuadir la comisión de futuros delitos. En su formulación clásica, la corriente de la prevención señala que nemo prudens punit, quia peccatum est, sed ne peccetur (ningún hombre sensato castiga porque se ha pecado, sino para que no se peque).

No puede ser dejada de lado en este breve análisis la fundamentación sociológica del aspecto punitivo. En tal sentido se aborda la célebre “teoría psicológica de la coacción” del gran jurista y sociólogo alemán Feuerbach, quien sostenía que el impulso delictual podía suprimirse en el potencial infractor si éste sabia con toda seguridad que el hecho iría seguido de una pena inevitable.

Toda esta evolución doctrinaria fue dejada de lado por parte de la comisión redactora del anteproyecto, dado que la eliminación de la reincidencia, en conjunción con la disminución de las penas, elimina cualquier incentivo para que el potencial transgresor de las normas evalúe la conveniencia de actuar en contra de la Ley.

Frente a este proyecto, Sergio Massa, ganador de las últimas elecciones legislativas en el principal distrito del país, tomó la iniciativa política de cuestionar dicho documento. La propuesta consistió en fijar en la agenda mediática nacional el tema para dar a conocer los pormenores del proyecto, como así también en una acción política directa, tal como la recolección de firmas para oponerse a su sanción.

La respuesta del arco político fue acusar al Frente Renovador de oportunismo, demostrando así un infantil enojo por haber perdido la capacidad de iniciativa política. Lograr la iniciativa política es la esencia del manejo del poder. Todo liderazgo político se sustenta en la capacidad de generar y mantener la iniciativa. Es lograr que el arco opositor a ese liderazgo reaccione tarde frente a las acciones y actúen a la defensiva, dentro de los temas o issues propuestos. Por caso, el maestro de la estrategia Sun Tzu en su célebre “El arte de la Guerra” dedica gran parte de su obra a explicar los beneficios de aquellos ejércitos que toman la iniciativa en el campo de batalla.

Por otra parte, el tomar la iniciativa política lejos está del significado peyorativo del oportunismo político. Cuando las iniciativas son positivas para la sociedad, no sólo consolidan el liderazgo político, sino que también representan un beneficio para la comunidad. ¿Quién se atrevería a acusar a Obama de oportunismo político por el programa de salud denominado Obamacare? ¿El kirchnersimo reconocería que fue oportunista al implementar la Asignación Universal por Hijo?

Como parte de su reacción tardía, la oposición al Frente Renovador decidió atacar las cualidades personales y profesionales del último ganador en el principal distrito del país. Se equivocan: La falacia ad hominem, es decir aquella consistente en dar por sentada la falsedad de una afirmación tomando como argumento quien es su emisor, constituye una pobre respuesta que sólo logra reforzar dicha afirmación y demostrar la carencia de argumentos propios.

De esta forma, el kirchnerismo -y su variante neo- junto al macrismo y al FAP, perdieron el centro del ring político en manos del Frente Renovador, ya que ninguno de ellos podrá alegar desconocimiento del anteproyecto por su participación directa en su formulación.

Así, el oficialismo deberá evaluar la conveniencia, mérito y oportunidad de seguir adelante con el anteproyecto de reforma, lo cual podría significarle un costo político mayor si el mismo lograra estado parlamentario y, posteriormente, sufriera una derrota legislativa.

No está de más aclarar que no se trata aquí de cuestionar los antecedentes profesionales y académicos de los integrantes de la comisión redactora. Nadie puede dudar que el Dr. Zaffaroni y el Dr. Gil Lavedra sean dos académicos notables del derecho argentino. No obstante, lo que aquí se cuestiona es el elemento ideológico detrás de la reforma que critica la utilidad social del poder punitivo.

Por otra parte, la política siempre da revancha. En una reciente encuesta de una prestigiosa consultora se señala que el narcotráfico encabeza las preocupaciones de la sociedad, que en un 83% la considera como un problema de la mayor gravedad. ¿Cuál será la fuerza política que tome esta iniciativa?

Independientemente de todo esto, en un país con un sistema político de cuño presidencialista y donde los liderazgos se construyen sólo desde los ejecutivos, es muy auspicioso que desde el poder legislativo se pueda imponer una agenda de temas que le preocupen a la gente