Por: Pablo Mancini
La semana pasada se empezó a debatir en comisión en el Senado un tema clave: la neutralidad de la Red.
La neutralidad de la Red es un principio que considera neutral a una Red que está libre de restricciones. ¿Qué tipo de restricciones puede tener una Red? Sitos, contenidos y/o aplicaciones podrían considerarse “prioritarios” respecto de otros, o bien podrían ser “discriminados” o quedar bloqueados, es decir, no disponibles para quienes se conecten a ellos desde la Argentina.
Se supone que en una Red neutral, todos los sitios, contenidos y aplicaciones tienen la misma jerarquía y que es responsabilidad de cada usuario decidir accederlos.
El miércoles 5 de junio a las 10:05 de la mañana, la comisión de Sistemas, Medios de Comunicación y Libertad de Expresión de la Cámara de Senadores comenzó a discutir cuatro proyectos de ley. Uno lo presentó Liliana Fellner, del Frente para la Victoria. Otro Graciela di Perna, del Partido Justicialista. María Eugenia Estenssoro de Coalición Cívica también presentó uno, y Ernesto Sanz de la Unión Cívica Radical el suyo. La comisión invitó a cuatro especialistas en comunicación para el debate: Martín Becerra, Eduardo Bertoni, Henoch Aguiar y Glenn Postolski.
Los proyectos apuntan a que no haya restricciones en la Red, excepto, y esto es lo central, que exista una orden judicial que así lo requiera.
¿Para qué una ley que explicite que es necesaria una orden judicial para bloquear servicios, cuando esa práctica es habitual? La Comisión Nacional de Comunicaciones publica periódicamente bloqueos de sitios que ordena la justicia.
¿No es ingenuo asumir que las únicas restricciones a la Red pueden responder a intereses empresariales? ¿No habría, además, que poner sobre la mesa la necesidad de garantizar en la ley que un gobierno no pueda promover esas restricciones?
La discusión sobre la neutralidad de la Red y los proyectos presentados no deberían dejar de tener en cuenta el contexto: en un país en el cual el Gobierno está en pleno proceso de diseñar una Justicia a medida, no hay garantías de que la Red pueda ser libre y neutral. Sólo con un juez aliado que ordene la restricción que el poder político demande, la neutralidad de la Red ya sería, como le gusta decir a la Presidenta, letra de molde.
¿Es necesaria una ley de neutralidad de la Red? Sí. Pero cuidado: que no termine como el “anexo” digital de la ley de medios. Al fin y al cabo, el Gobierno ya controla la mayor parte de los medios periodísticos del país, pero aún no logra controlar la libre circulación de la información.
No deja de llamar la atención la escasa difusión que tuvo la reunión y la “selección” de los “especialistas” convocados. Algunos de ellos, fanáticos defensores del modelo de medios que financia el Gobierno con fondos públicos. Hay decenas de profesionales solventes en la materia que no fueron convocados…