Por: Sabina Covo
Tuve la oportunidad de entrevistar al ex presidente Álvaro Uribe en exclusiva durante su visita a Cartagena este pasado viernes para un canal de televisión colombiano. Aunque ya conocía su característica sencillez, me sorprendió una pregunta que le hizo él a su jefe de prensa cuando terminó la entrevista: quería saber cómo condensar una respuesta que me dio en la que explicaba su óptica de la diferencia entre los procesos de paz en otros países de Latinoamérica o el mundo que han tenido guerrillas, o dictaduras y Colombia. Un líder en política mundial de la talla de Uribe creyera uno que debería ser más creído, o al menos sobrado o “picado” como dicen en Colombia, pero Uribe me pareció aterrizado y bastante terrenal.
Él me había respondido magistralmente la pregunta que le cuestionó a su jefe de prensa, pero en efecto ella le decía durante la entrevista que estábamos contra el tiempo. Espontáneo, y un poco acelerado al principio, no me miraba a los ojos, pero mientras entró en materia de respuestas eso cambió y me dio más confianza en lo que decía. La entrevista duró 29 minutos, tocamos temas de Cartagena, hablamos de Colombia, de Cuba y de Latinoamérica en general.
Algunos temas para resaltar. Le pregunté al ex presidente acerca de la Colombia de hoy día, esa que apoya según una encuesta de la firma Colombiana Datexco, hecha entre el 21 y 29 de noviembre en un 36.1% la reelección del presidente Juan Manuel Santos versus un poco más del 11 % al candidato del Uribe Centro Democrático, y esa misma Colombia que eligió a Juan Manuel Santos como presidente con el respaldo de su maquinaria política. Me dijo que no habláramos de maquinaria política, que habláramos de una idea clara que venía funcionando para el país, y que el presidente Santos no la continuó, los sustentó con cifras concretas que traía escritas en un papel. Habló de la necesidad de paz del país, y aunque no respondió en ese momento a mi respuesta, entrelineas y luego él lo reiteró es que sí quiere paz, y que sí dialogaría con la guerrilla pero bajo otros términos.
El ex presidente Uribe no concibe darles vida política a los cabecillas de las FARC, porque para él personas que violaron los derechos humanos no deberían hacer política. Yo tampoco lo concibo, pero me sigo preguntando si entonces el paso a seguir sería más años de enfrentamientos armados. A esa pregunta, el ex presidente Uribe aseguró que no podíamos hablar de guerra entre un grupo guerrillero y un país con estado de derecho. Tocando el tema del narcotráfico, que marca la diferencia entre el conflicto colombiano y otros conflictos, Uribe explicó que hay un problema gravísimo de venta de drogas callejeras entre los jóvenes de Colombia, país en el que el desempleo juvenil sobrepasa el 20 %, indicó. Dijo que una cosa era la droga personal que portaba un individuo, y otra la comercialización de la misma.
Me llamó mucho la atención que me dijera cuando le pregunte qué opinaba del saludo del presidente Barack Obama a Raúl Castro durante el funeral del líder africano Nelson Mandela, que por qué prestábamos tanta atención a “temas cosméticos”, que más bien tuviéramos en cuenta que Obama sí negocia, por ejemplo con Irán, pero que les exige dejar el tema de las armas nucleares. Compromisos para negociar. Que él les exigiría a los guerrilleros dejar las armas.
Uribe me aseguró que el presidente Santos no le está exigiendo a la guerrilla, y que cuando estuvo en su gobierno y fue candidato aseveró que eran unos terroristas y que hoy les devolvió el estatus político. De temas cosméticos, como dijo él, pasé a averiguar cómo se sentía de ser el primer ex mandatario que quiere ocupar un escaño en el Senado, y que cómo lo manejaría. Ahí finalmente le saqué una sonrisa, y se refirió a sus canas y a las ganas de servirle al país, y pidió que no habláramos de él, que miráramos a los excelentes candidatos que según él tiene el Uribe Centro Democrático en estas elecciones Colombia 2014.