A más de un mes de la trágica inundación en La Plata, aún no se sabe la cantidad de muertes que produjo este acontecimiento. Una de las razones por la cual se da esta compleja situación tiene que ver con el llenado del certificado de defunción. El certificado de defunción es un documento obligatorio, que debe ser firmado exclusivamente por un médico para disponer del cadáver para su entierro o cremación. Tiene un enorme valor judicial y epidemiológico.
La forma en que ese certificado sea completado puede “esconder” o lisa y llanamente “modificar” la causa de muerte. Veamos un ejemplo del primer caso: un niño fallece por una septicemia (infección generalizada a través de la sangre) que tuvo como punto de partida una neumonía. Ahora bien, si este chico sufría una desnutrición, es muy probable que la septicemia se haya originado por las bajas defensas producto de la propia desnutrición. Por lo tanto ¿de que falleció el niño?, ¿de la neumonía o de desnutrición aunque la causa final haya sido la sepsis? Si el médico hizo bien su trabajo y diagnosticó las tres causas deberá consignarlas todas. El certificado de defunción permite poner las tres causas y todas ellas serán codificadas e incluidas en las estadísticas. Generalmente la desnutrición, así como otras patologías de base, no se suelen consignar y por eso se subestima la mortalidad producida por éstas.