A raíz de Felipe González en Venezuela

A pesar de algunas de las ideas patrocinadas en su momento por el ex presidente del gobierno español y a pesar de algunos desaciertos y problemas que tuvo su gobierno, es necesario destacar las valientes y sumamente oportunas declaraciones de Felipe González en Caracas y luego en Madrid. “Venezuela es un país en proceso de destrucción” es lo menos que ha dicho el ex mandatario español a lo cual agregó que “Podemos hace de monaguillo de Maduro”.

Son muchos las destacadas personalidades de muy diversos rincones que se muestran grandemente preocupadas por la situación venezolana. Mario Vargas Llosa acaba de concluir también, esta vez en la Universidad de Alicante, que “el país [Venezuela] se va deshaciendo por sus políticas” a lo que sumó el magnífico artículo titulado “La Venezuela que dejó al desnudo Felipe”. Por mi parte, quiero ahora introducir otro aspecto a las referencias de la catástrofe venezolana como las apuntadas, para marcar la necesidad de una revisión y corrección de la brutal desfiguración del concepto de democracia. Continuar leyendo

¿Límites de la libertad?

Conviene despejar un mal entendido. Se ha dicho que la libertad de uno termina donde comienza la del otro. Esto, aunque expuesto con la mejor de las intenciones, puede prestarse a confusión puesto que la libertad significa la de todos, lo cual naturalmente se traduce en el respeto recíproco. La invasión a las libertades de otros no es libertad sino anti-libertad, precisamente constituye un atropello a la libertad. No es que la libertad se extralimita, es que entra en la zona de la no-libertad.  Lo mismo va para el derecho, plano en el que se ha introducido la absurda teoría del “abuso del derecho”, una contradicción en los términos puesto que una misma acción no puede ser conforme y contraria al derecho. 

Pero aquí viene un asunto de la mayor importancia que se traduce en un debate que viene de largo tiempo y promete seguir. Reitero aquí parte de lo que he escrito en la introducción a la doceava edición de mi Fundamentos de análisis económico (Panamá, Instituto de Estudios de la Sociedad Abierta, 2011) puesto que de lo que se trata en este contexto es de discutir marcos institucionales civilizados para que pueda funcionar la economía. Allí ilustro el tema con lo consignado por dos pensadores de fuste: Karl Popper y Sidney Hook. Continuar leyendo

Un libro de Carlos Fuentes

Hasta antes de leer la obra que comentaré a continuación, pensé que en el género de la ficción había una tríada que representaba bien los problemas del poder político: Señor presidente de Miguel Ángel Asturias, La fiesta del chivo de Mario Vargas Llosa y Yo, el supremo de Roa Bastos. Ahora me doy cuenta que se trata de un cuarteto (hacemos una analogía) que se completa con La Silla del Águila de Carlos Fuentes.

En este trabajo de Fuentes, si bien la trama está referida a México, en última instancia alude a las características de todos los gobiernos. Le encuentro cierta similitud con El príncipe de Maquiavelo. En este caso, se suele condenar al autor de perverso cuando en verdad estaba describiendo lo que ocurre en los pasillos del poder. Así, por ejemplo, escribe Maquiavelo que “podría citar mil ejemplos modernos y demostrar que muchos tratados de paz, muchas promesas han sido nulas e inútiles por la infidelidad de los príncipes, de los cuales, el que más ha salido ganando es el que ha logrado imitar mejor a la zorra. Pero es menester respetar bien ese papel; hace falta gran industria para fingir y disimular, porque los hombres son tan sencillos y tan acostumbrados a obedecer las circunstancias, que el que quiera engañar siempre hallará a quien hacerlo”. O cuando se lee que el gobernante “debe parecer clemente, fiel, humano, religioso e íntegro; mas ha de ser muy dueño de sí para que pueda y sepa ser todo lo contrario […] dada la necesidad de conservar el Estado, suele tener que obrar contra la fe, la caridad, la humanidad y la religión […], los medios que emplee para conseguirlo siempre parecerán honrados y laudables, porque el vulgo juzga siempre por las apariencias”.

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