Macri, el comodín del tablero electoral

Es cierto que la mayoría de las encuestas indican que, si hoy se realizaran las elecciones presidenciales, la segunda vuelta sería entre Sergio Massa y Daniel Scioli. Sin embargo, hay varios factores que lo ponen a Mauricio Macri en una situación estratégica: puede ser el fiel de la balanza o verse favorecido por la eventual creación de una gran coalición no peronista.

El proyecto presidencial del jefe de gobierno porteño ha comenzado a generar tantos rumores y expectativas, especialmente luego del lanzamiento del Frente Amplio UNEN, que ya nadie le quita protagonismo ni lo descarta como alternativa para 2015. El escenario de mínima indica que Macri, teniendo una performance normal, puede ser el árbitro en la primera vuelta al quitarle votos a Massa y al candidato de FAUNEN y ese caudal electoral sería decisivo para el balotaje.

Obviamente, esta hipótesis no es del agrado de la dirigencia del PRO. Por eso, en la intimidad, la mayoría de los macristas aseguran que su jefe finalmente no será candidato de su propio espacio sino más bien de una coalición más amplia. Por ahora, que es tiempo de posicionarse, no lo van a decir en público pero un lanzamiento presidencial con los colores amarillos del PRO ya luce como una utopía.

Es poco probable que el macrismo logre en los próximos meses cooptar dirigentes de peso, gobernadores e intendentes de otras fuerzas (sobre todo de la UCR), como para darle mayor estructura y peso territorial a la postulación del mandatario porteño. Claro, nadie en el entorno de Macri quiere jugar el año que viene un rol electoral testimonial como hacia la UCEDE en los años 80. Saben que tienen un candidato muy competitivo, bien posicionado y que aún no ha llegado a su techo electoral a nivel nacional.

Pero la tarea de sus operadores será muy paciente y casi de relojería para lograr la construcción de una alianza más amplia y con más construcción territorial. La movida se comenzará a definir en los primeros meses del año próximo, probablemente después del verano. Con encuestas en mano esperarán que Mauricio mida más del 20% para definir la estrategia. Aunque la gran apuesta será la elección desdoblada del nuevo jefe de Gobierno en la Ciudad, donde debutarán las PASO para cargos locales.

Si los comicios por la sucesión de Macri son en junio -esa es la última información que circula-, deberían fijar la fecha de las primarias entre marzo o abril y el cierre de listas sería a fines de enero. Este cronograma adelantaría los tiempos electorales y desde el PRO apuntan a ganar esa contienda para darle un fuerte espaldarazo al proyecto presidencial del ex presidente de Boca Juniors.

También se abren muchos interrogantes y especulaciones sobre una eventual coincidencia entre el macrismo y UNEN para hacer competir a sus candidatos en las PASO locales. Esa alternativa podría generar una competencia abierta entre Gabriela Michetti, Horacio Rodríguez Larreta, Martín Lousteau y Alfonso Prat Gay, dirigentes jóvenes, con grandes coincidencias y buena llegada a la opinión pública. Pero no habría que descartar que compitan por separado y los ganadores se enfrenten en junio. Probablemente el resultado de las primarias porteña de marzo o abril pueden condicionar la conformación de esa coalición a nivel nacional o algún coqueteo con Massa ya que el Frente Renovador carece de candidatos y estructura en el distrito metropolitano.

No cabe ninguna duda que las urnas porteñas serán la clave para la implementación o no de una alianza entre el PRO y UNEN o con el masismo ya que las listas nacionales deben presentarse en junio para competir en las PASO de agosto. Todo va a depender de la intención de voto con que lleguen a esa fecha cada uno de los presidenciables ¿Aparecerá el pragmatismo suficiente para romper prejuicios? Esa será la llave para entrar a la Casa Rosada y recibir el bastón presidencial de Cristina.

Hasta el momento parece que en el macrismo ven factible un acuerdo con la UCR y la Coalición Cívica. Dudan de la voluntad de Hermes Binner y saben de antemano que Fernando Solanas y otros sectores de izquierda romperían el acuerdo. Pero Elisa Carrió y no pocos radicales (Ernesto Sanz, Oscar Aguad, Enrique Nosiglia) prefieren confluir al final con Macri aunque eso genere una fractura en UNEN.

De todas formas, algunos integrantes del entorno de Macri todavía especulan con una alianza con el massismo, alternativa poco viable porque no se llevan nada bien los jefes políticos de ambos espacios. Aunque parecería esta una construcción más natural porque los dos compiten por el mismo electorado y no parecen tener grandes diferencias. Pero el menú de opciones para el jefe del PRO es muy amplio. Sólo resta esperar y observar los movimientos en el tablero.

Se va definiendo el fixture electoral

Es evidente que aún falta una eternidad para llegar a las elecciones presidenciales del año próximo pero no cabe ninguna duda que los tiempos se van acelerando luego de la derrota electoral del kichnerismo el año pasado y además porque se termina el mandato de la presidenta Cristina Fernández sin chances de volver a competir por ese cargo.

Por eso los movimientos y especulaciones políticas están a la orden del día y todos piensan en la sucesión presidencial cuando falta mucho más de un año para esos comicios, a realizarse concretamente el domingo 25 de octubre de 2015. Si se compara con lo que ocurría un año antes de las presidenciales de 2011, el ritmo político era más anodino, pese a que la oposición venía de triunfar en las legislativas de 2009 y aún no había fallecido Néstor Kirchner con el impacto político que provocó. Claro que ahora se percibe un fin de ciclo del kirchnerismo donde el PJ quiere distanciarse para no pagar un alto costo político en las urnas por el creciente mal humor social que se respira en la calle. Por eso, 2015 será un largo año electoral que arrancará en marzo con los comicios a gobernador en Catamarca ya quela mayoría de los gobernadores quieren despegar las competencias locales de la contienda nacional.

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En octubre comienza a definirse la sucesión de Macri en Capital

Despejadas algunas incógnitas en el mapa político para octubre -es casi seguro que Sergio Massa gane en Buenos Aires, Hermes Binner en Santa Fe, Juan Schiaretti en Córdoba o Julio Cobos en Mendoza-, cada vez resulta más atractiva la elección en la Ciudad de Buenos Aires. No sólo porque se eligen 3 senadores, 13 diputados y 30 legisladores locales, sino que además empieza a perfilarse cómo será la sucesión de Mauricio Macri luego de dos mandatos consecutivos en la Jefatura de Gobierno porteña.

Si bien los pronósticos indican que esta contienda electoral será ganada por el PRO de la mano de Gabriela Michetti, aparecen varios interrogantes respecto a cñomo lo irá al macrismo en la categoría de diputados nacionales y legisladores y quiénes quedarán mejor perfilados para las elecciones de 2015 en el distrito. Por eso, desde el oficialismo porteño salen desde esta semana a “comerse la cancha” para intentar recuperar muchos de los votos perdidos en las PASO a manos de UNEN, la gran revelación de esos comicios.

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