En octubre comienza a definirse la sucesión de Macri en Capital

Alberto Valdez

Despejadas algunas incógnitas en el mapa político para octubre -es casi seguro que Sergio Massa gane en Buenos Aires, Hermes Binner en Santa Fe, Juan Schiaretti en Córdoba o Julio Cobos en Mendoza-, cada vez resulta más atractiva la elección en la Ciudad de Buenos Aires. No sólo porque se eligen 3 senadores, 13 diputados y 30 legisladores locales, sino que además empieza a perfilarse cómo será la sucesión de Mauricio Macri luego de dos mandatos consecutivos en la Jefatura de Gobierno porteña.

Si bien los pronósticos indican que esta contienda electoral será ganada por el PRO de la mano de Gabriela Michetti, aparecen varios interrogantes respecto a cñomo lo irá al macrismo en la categoría de diputados nacionales y legisladores y quiénes quedarán mejor perfilados para las elecciones de 2015 en el distrito. Por eso, desde el oficialismo porteño salen desde esta semana a “comerse la cancha” para intentar recuperar muchos de los votos perdidos en las PASO a manos de UNEN, la gran revelación de esos comicios.

La conducción del PRO sabe que para soñar con el proyecto presidencial de Macri están obligados a ganar con contundencia la Capital y para ello necesitan seducir a un porcentaje importante de aquellos que el 11 de agosto votaron por Alfonso Prat Gay y Ricardo Gil Lavedra, quienes al perder la interna del panradicalismo quedaron fuera de competencia. Además, precisan mejorar ostensiblemente la performance electoral de la lista de diputados que encabeza el rabino Sergio Bergman. De ahí el misterio en torno a quien lidere la nómina de legisladores para evitar el corte de boleta que genera Elisa Carrió.

No cabe duda de que el macrismo ya es una fuerza política consolidada como la primera minoría en el distrito, con una solida base electoral que le ha permitido ganar todas las elecciones legislativas y locales desde 2005, a excepción de las presidenciales de 2007 y 2011 donde el PRO prácticamente no compitió. Pero también es cierto que luego casi seis años de mandato este espacio político tiene un techo electoral, sobre todo cuando no compite Macri.

Recordemos que el ex presidente de Boca debutó en 2003 en las urnas contra Aníbal Ibarra y obtuvo 37,5% en primera vuelta. Ganó las legislativas de 2005 con el 34,09% y en 2007 se impuso en el primer turno con el 45%, mientras que en 2011 logró el 47%. En ambas oportunidades contra Daniel Filmus (no se incluyen los números del ballotage porque muchos nos son votos propios). En cambio en 2009 la lista de diputados con Michetti a la cabeza apenas logró el 31,1%, Federico Pinedo con lista corta en 2011 sumó sólo un 19,8% y en las PASO, Gabriela obtuvo el 31,3%.

En base a esos antecedentes se puede pronosticar que la candidata a senadora del PRO sume en octubre más votos que en agosto pero no le será fácil llegar al 40% como pretenden en el entorno de Macri. El objetivo que admiten en privado es superar la barrera del 35% y que la lista de diputados y legisladores no sufra mucho corte de boleta por el atractivo que genera en parte de ese electorado el tándem Elisa Carrio-Martín Lousteau. Parecería que se viene un escenario de polarización fuerte entre el macrismo y UNEN dejando al kirchnerismo en tercer lugar.

Evidentemente el lunes 28 de octubre comenzará la carrera de posicionamientos para los comicios de 2015 donde se elija al sucesor de Macri. Por eso la fotografía del resultado del domingo anterior será decisiva para ese primer tramo sobre todo para cuantificar las chances de Michetti para anotarse en esa competencia y el futuro de UNEN como segunda fuerza emergente. Si Carrió y Lousteau tienen un buen desempeño, ese espacio político podría soñar con un lugar en el ballotage dentro de dos años.

Además, si se confirman los rumores en torno a la mudanza de María Eugenia Vidal, actual vicejefa de Gobierno y figura en ascenso, a la provincia de Buenos Aires para competir por la gobernación bonaerense, Gabriela quedaría en la “pole position” para aspirar a la candidatura del PRO. Igualmente no se puede descartar a Horacio Rodríguez Larreta por su fuerte protagonismo en la gestión y el manejo político de la estructura partidaria. También se menciona a Patricia Bullrich, flamante incorporación del macrismo, Cristián Ritondo y Hernán Lombardi.

Después del impacto que generó UNEN en las PASO son muchas las voces partidarias que reclaman internas abiertas para definir al postulante del macrismo. “En agosto pagamos un costo electoral por no presentar varios candidatos en las primarias, no debemos repetir ese error”, dicen voceros del PRO. Al electorado porteño le gusta elegir y una competencia dentro del macrismo entre Michetti, Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich generaría un atractivo que podría fortalecer al oficialismo porteño frente al enorme de desafío de continuidad en la gestión sin la figura del ex presidente Boca.

Sea como fuere, sólo una catástrofe podría impedirle al PRO no estar en la segunda vuelta de esos comicios de 2015. En la vereda de enfrenta el kirchnerismo luce muy agotado como para reciclar algún candidato competitivo para el paladar del electorado porteño. Es ahí donde surgen las chances para UNEN si su dirigencia tiene la suficiente madurez como para cuidar esa coalición y darle continuidad. No será sencillo ya que la convivencia entre Carrió, Solanas y los radicales va a ser más que complicada. Además, tanto la jefa de la Coalición Cívica como el cineasta no son buenos candidatos para cargos ejecutivos.

En ese sentido no es casual que las miradas apunten a dos jóvenes figuras que podrían aspirar a pelear por la jefatura de Gobierno porteña: Lousteau y Prat Gay, dos economistas con experiencia en gestión y atractivos para las exigencias del padrón metropolitano. Hasta el momento el ex ministro de Economía le ha sacado una ventaja importante al ex titular del BCRA por su estilo desenfadado, más carisma entre los jóvenes y en el electorado femenino. Pero algunos radicales que conocen bien el distrito aseguran que si van juntos podrían competir seriamente por la sucesión de Macri con estilos similares a los del PRO. Aunque más heterodoxos y un poco progresistas. Pero no mucho.