A poco de la Asamblea Universitaria

Resta sólo un día para la realización de la Asamblea Universitaria de la Universidad de Buenos Aires. Por eso, la FUBA y la AGD-UBA redoblaron su actividad, para movilizarse contra la farsa que perpetrarán el 5 de diciembre. La Federación salió a ganar el apoyo de la población el sábado 30, con un “mesazo” por las principales calles de la ciudad. Hoy 4 organiza un festival, con acampe y vigilia frente al Congreso, donde se realizará la asamblea. La gremial docente, por su parte, tuvo reunión de mesa ampliada el pasado viernes, en la que resolvió participar del acto propuesto por la FUBA y editar un afiche común, “por una Asamblea realmente democrática para reformar los estatutos y una UBA al servicio de las mayorías trabajadoras”. De este modo, el miércoles 27, estudiantes y docentes estuvimos frente a las puertas del rectorado, oponiendo a la asamblea trucha de las camarillas otra asamblea, surgida del voto de toda la población universitaria, para democratizar y deliberar respecto de la orientación social de la UBA. Además, la AGD realizó un acto propio el 3, donde participó una docente riojana, protagonista de la gesta democratizadora de este 2013, y profesores de la UBA que apoyan la lucha.

¿Asamblea Universitaria?

Hemos dicho que el nombre le queda grande, pues no tendrá lugar ninguna deliberación asamblearia para establecer el destino de la universidad más importante del país. Mañana 5 de diciembre, las camarillas profesorales que controlan la UBA votarán a Alberto Barbieri como rector, según trenzas preestablecidas a espaldas de todo el mundo. A diez días de la asamblea, un decano que también sonó como “candidateable” -Marcelo Miguez, de Veterinaria- ocupó páginas de los diarios por agarrarse a trompadas con otro funcionario tras su desplazamiento del Senasa. En esto anda la camarilla profesoral, que reclama privilegios por sus “méritos” y no pasa la prueba de un carrerismo vinculado con el gobierno de turno.

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La pelea por la democratización

En los últimos quince días cobró impulso la lucha por la democratización universitaria, a raíz de la designación “anticipada” de decanos tras una década de falsas promesas sobre la reforma estatutaria. La casta profesoral acomoda sus piezas para el postkirchnerismo, lo cual no ocurre sin fricciones. En las facultades hay una inquietud generalizada. Las autoridades hicieron causa común con los medios más reaccionarios -Carta Abierta con Feinmann- para demonizar a los estudiantes.

La Ciudad Universitaria, agitada

En la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, las camarillas profesorales acordaron el reemplazo del pseudoprogresista Cajide, actual decano, por Luis Bruno, un representante de los grandes estudios de Arquitectura, ligado al PRO. Él mismo es dueño de uno, que lucra con los emprendimientos típicos de la especulación inmobiliaria y hasta está inscripto para la construcción del Centro Cívico en el Borda. Su “mandato”, completar la acreditación de la carrera a la Coneau, movilizó el rechazo del Centro de Estudiantes. La tentativa de las autoridades de “torear” al movimiento estudiantil, trasladando la sesión al hall central, convirtió al lugar en una tribuna. La consejera de la UJS denunció su política frente a más de mil estudiantes que se asomaron a los “balcones”, en lo que fue el preludio de una enorme asamblea. Queda clara la posibilidad de una gran campaña del Centro para masificar la lucha, lo que es claramente superior a la improvisación ‘putchista’ que acompañaba la presidencia-CRCR.

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