Por: Alejandro Lipcovich
Resta sólo un día para la realización de la Asamblea Universitaria de la Universidad de Buenos Aires. Por eso, la FUBA y la AGD-UBA redoblaron su actividad, para movilizarse contra la farsa que perpetrarán el 5 de diciembre. La Federación salió a ganar el apoyo de la población el sábado 30, con un “mesazo” por las principales calles de la ciudad. Hoy 4 organiza un festival, con acampe y vigilia frente al Congreso, donde se realizará la asamblea. La gremial docente, por su parte, tuvo reunión de mesa ampliada el pasado viernes, en la que resolvió participar del acto propuesto por la FUBA y editar un afiche común, “por una Asamblea realmente democrática para reformar los estatutos y una UBA al servicio de las mayorías trabajadoras”. De este modo, el miércoles 27, estudiantes y docentes estuvimos frente a las puertas del rectorado, oponiendo a la asamblea trucha de las camarillas otra asamblea, surgida del voto de toda la población universitaria, para democratizar y deliberar respecto de la orientación social de la UBA. Además, la AGD realizó un acto propio el 3, donde participó una docente riojana, protagonista de la gesta democratizadora de este 2013, y profesores de la UBA que apoyan la lucha.
¿Asamblea Universitaria?
Hemos dicho que el nombre le queda grande, pues no tendrá lugar ninguna deliberación asamblearia para establecer el destino de la universidad más importante del país. Mañana 5 de diciembre, las camarillas profesorales que controlan la UBA votarán a Alberto Barbieri como rector, según trenzas preestablecidas a espaldas de todo el mundo. A diez días de la asamblea, un decano que también sonó como “candidateable” -Marcelo Miguez, de Veterinaria- ocupó páginas de los diarios por agarrarse a trompadas con otro funcionario tras su desplazamiento del Senasa. En esto anda la camarilla profesoral, que reclama privilegios por sus “méritos” y no pasa la prueba de un carrerismo vinculado con el gobierno de turno.
El decano de Económicas y candidato a rector, kirchnerista, aliado a Franja Morada, el PRO y los ‘massistas’ representa el extremo de la penetración capitalista en la universidad. Con él, la transición postkirchnerista tendrá su expresión en el “nuevo” rectorado -o sea que la lucha contra la asamblea trucha prepara la lucha contra el ajuste. El único candidato alternativo, Schuster, carga con el peso de apoyar al mismo gobierno que Barbieri y haber integrado la misma gestión capitalista de la UBA durante todos estos años. Schuster anidaba en secretarías y subsecretarías, mientras “la derecha” ocupaba otras. A Carta Abierta le queda muy grande esta pelea -y hasta su propio gobierno le dará la espalda.
Líneas divergentes
En ningún momento de la campaña por la democratización cesaron de manifestarse diversas orientaciones. Esta misma semana, la UJS debió promover la reunión de una Junta Ejecutiva de emergencia, ante el sabotaje de La Mella a un afiche que convocara al acto del 27. Su argumento era “no atacar a Schuster al mismo nivel que Barbieri, porque ‘levantamos’ a un perdedor”. Sin embargo, la Federación no ‘alza’ o ‘baja’ a nadie; su función es echar luz y delimitar a la masa estudiantil respecto de todas las variantes del régimen de las camarillas. La Ejecutiva resolvió por mayoría nuestra propuesta. Con la orientación de enfrentar “a la derecha”, La Mella “levantó” a un perdedor por excelencia como Filmus, cuando lo votó junto a Tomada en 2011. Justamente, la excusa encubre torpemente que su línea es la condescendencia con las camarillas “progres”, que las cobijaron mientras dirigían centros. Por eso, cuando La Mella y otros grupos proponen “impedir” la elección del rector, con plena conciencia de que ello no será posible, tan sólo aspiran a ensombrecer las cuestiones de fondo. “Queremos que Barbieri sea elegido con alguna represión”, llegaron a decir. Se trata de una línea conservadora, travestida por putchismo berreta. La UJS, por el contrario, defendió desde un primer momento la lucha contra toda la asamblea -y no sólo “una parte”. Promovemos la pelea por expulsar a los agentes del capital de la universidad, y colocarla al servicio de la clase obrera. Semejante tarea se opone por el vértice a la asamblea del 5 y todos sus integrantes. De este modo, preparamos a estudiantes y trabajadores universitarios para una batalla que sigue.
Vamos con todo
Indudablemente, un límite es que hace varios días que hay pocas clases en la UBA. La fecha elegida por las autoridades apunta claramente a neutralizar el debate y la agitación. Pero en estos últimos días nos empeñaremos por el mayor nivel de movilización en todo el plan de acción resuelto por los gremios estudiantiles y docentes. Vamos a explicarle al país que hay que revolucionar la universidad, sacarla de las garras de una camarilla descompuesta y reorganizarla sobre nuevas bases sociales. Los consejeros del Partido Obrero serán voceros de estas posiciones y estas luchas.