Otra vez miles de cubanos se aprestan a entrar en Estados Unidos. Ya llegaron los primeros. Es una vieja y cansada historia. Lo vienen haciendo masivamente desde 1959, cuando comenzó la dictadura comunista de los hermanos Castro. En esta oportunidad proceden de Costa Rica.
Desde 1966 los cubanos reciben un trato preferencial por parte de las autoridades migratorias norteamericanas. Le llaman la ley de ajuste. Es una de las múltiples excepciones que tiene la compleja legislación norteamericana en materia migratoria. Hay otras. Por ejemplo, otorgarles estatus de protección temporal (TPS, por sus siglas en inglés) a millares de indocumentados radicados en Estados Unidos. Una docena de nacionalidades se benefician de esta medida, concebida para proteger a ciertas personas de los horrores de la violencia o de los desastres naturales que padecen en sus países de origen.
Pero existen diferencias esenciales entre los TPS y la ley de ajuste. La protección temporal debe ser renovada periódicamente y depende de la voluntad de un Congreso voluble. La regla que afecta a los cubanos, en cambio, conduce a la obtención de la residencia oficial transcurrido el año, y a la ciudadanía pasados los cinco. Continuar leyendo