Los días previos a la asunción del Gobierno de Mauricio Macri presentan un escenario de fuertes choques visuales, de profundos contrastes de estilos y de enormes diferencias entre las personas que, de un lado y otro, los protagonizan.
De la parte del Gobierno entrante, lo que se observa es una ostensible paz. No se perciben ni gestos, ni palabras altisonantes, no hay tonos elevados y más bien se nota un clima de tranquilidad, de sosiego y de cierta bonhomía en los rostros, en el lenguaje corporal, en los gestos y en las ideas que se trasmiten.
Hoy el mandatario electo presentó su gabinete en el Jardín Botánico, en donde tantas veces trabajó con su equipo de la ciudad de Buenos Aires, en un acto sencillo pero de mucha carga de indicios. En efecto, lo simple de la ceremonia no ocultó una catarata de mensajes implícitos que cualquier observador pudo extraer de ella por el simple hecho de mirarla.