Miguel Bonasso dice que, “en una insólita persecución extra-periodística y extrajudicial”, yo mentí sobre su testimonio la semana pasada ante el juez Ariel Lijo, que investiga el asesinato del sindicalista José Ignacio Rucci, ocurrido el 25 de septiembre de 1973.
En realidad, como cualquiera puede observar si relee mi artículo del 5 de marzo en Infobae, escrito y publicado antes de su declaración testimonial, yo me referí a todo lo que Bonasso ya escribió sobre ese crimen en algunos de sus numerosos libros.
No podía hablar de su declaración ante el juez porque todavía no había ocurrido.
Mi interés sobre Bonasso es, en realidad, muy limitado; se reduce a esos escritos dado que fueron citados por mí en el libro Operación Traviata, que impulsó la reapertura de la investigación judicial del asesinato de Rucci, hace más de seis años. Continuar leyendo