Soy peronista y claramente no pertenezco al Frente para la Victoria. Sé que no es fácil enfrentar políticas irracionales que atienden una estructura social deteriorada, transmitiendo el mensaje de que el camino elegido es erróneo. Esto no quiere decir que sea imposible. Cuanto más tarde el recambio, peores serán las consecuencias.
En mi opinión estamos en el umbral de la desazón, y para cuando ello ocurra, tenemos que estar preparados para que no se habiliten espacios que promuevan “iluminados” conductores. El mesianismo siempre ha sido un pésimo consejero del sistema democrático y republicano.